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El diálogo como punto de partida para la desaparición del fenómeno del botellón

El diálogo como punto de partida para la desaparición del fenómeno del botellón.

La sombra de las 40.000 personas que el año pasado, para celebrar la primavera, optaron por el botellón en el recinto acondicionado por el Ayuntamiento en la Huerta del Rasillo sobrevoló ayer el debate de Localia y Granada Hoy, tras la decisión municipal, apoyada por la Subdelegación del Gobierno y multitud de colectivos de la ciudad, de prohibir, bando del alcalde mediante, la celebración del botellón ni en el Rasillo ni en ninguna esquina de la ciudad.

Desde el punto de partida común a todos los participantes de que el botellón es un fenómeno que no aporta nada positivo a la ciudad, los sectores a los que más afecta directamente es al sector del ocio nocturno y al de los vecinos. Así­, tanto el gerente de la Federación de Hostelerí­a, Antonio Garcí­a, como el representante de la asociación vecinal Granada Viva, Eduardo Ortega, se sienten perjudicados por esta práctica juvenil de beber en la calle. El primero, porque el consumo en la calle hace que los locales que cumplen escrupulosamente la normativa y la hacen cumplir no se llenan y, el segundo, porque los jóvenes que no van a consumir a los locales de ocio nocturno lo hacen bajo sus ventanas, orinando al lado de sus coches y dejando cascos de botellas en su portal.

Por ello, todos los presentes alabaron la decisión del Ayuntamiento de Granada de prohibir mediante un bando la celebración del botellón de la Fiesta de la Primavera. La sensación de este año respecto a la del anterior, según Juan Antonio Fuentes, concejal de Juventud del Ayuntamiento de Granada, es más positiva, se ve menos movimiento tanto en la convocatoria por correo electrónico como en la calle. Además, este año, al Ayuntamiento se sumaron una serie de colectivos que apoyan alternativas al botellón, que en el debate de ayer estuvieron representadas por Francisco Burgos, vocal de la Asociación de Vecinos del Zaidí­n. Granada tiene muchas alternativas -explicó Burgos- y creo que, con el tiempo, la gente volverá a sus cauces.

Por su parte, Fuentes justificó la medida de prohibir el botellón en que el año pasado, ni tení­amos ley andaluza y ordenanza municipal en la materia. Pero sobre todo, y en este punto coincidieron todos los asistentes, en la necesidad de desvincular el botellón a la imagen de Granada. Para ello, consideró, el botellódromo tiene ser algo más que un lugar para beber, sino que tiene también que ser recinto para otro tipo de actividades. En lo que coincidió Burgos, que además consideró que si se empieza a reconducir el fenómeno y se obliga a los botelloneros a ir a un único sitio la gente se cansará.

Antonio Garcí­a aprovechó la ocasión para celebrar la colaboración que entre distintas instituciones se ha planteado para diseñar el dispositivo que intentará evitar el botellón y el diálogo con todos los afectados. Universidad de Granada incluida, ya que, en opinión de Eduardo Ortega, que considera que los responsables de las convocatorias anónimas son personas de fuera de Granada donde aquí­ se les permite estar de juerga.

El concejal de Juventud granadino, que abogó en todo momento por la educación más que por la actitud coercitiva, destacó que en el diálogo institucional se están manteniendo contactos con el Vicerrectorado de Estudiantes de la Universidad con este fin. Al mismo tiempo, Fuentes pidió a los jóvenes de Granada que sean responsables ante la convocatoria de botellón, en el que tanto la Policí­a Nacional como Local tendrán una actitud preventiva e informativa.

Estudiantes. Los participantes en el coloquio consideraron necesario que la Universidad de Granada tenga voz en los foros sobre el botellón
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