El despacho del rector, a salvo de curiosos
El ciclo Visitando patrimonio que inauguró ayer la Universidad en el Hospital Real excluyó el despacho por razones de seguridad
maría de la cruz
puertas cerradas. Los visitantes, ante la fachada del Hospital Real.
G. C.
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granada. Los curiosos quedaron decepcionados. La puerta del despacho del rector en el Hospital Real se mantuvo cerrada pese al nombre del ciclo de visitas guiadas que se inauguró ayer y que lleva por nombre Visitando patrimonio: la Universidad de Granada abre las puertas del Hospital Real. Aunque la visita al despacho de David Aguilar fue anunciada el pasado mes de abril por la vicerrectora de Patrimonio e Infraestructuras de la Universidad, Elena Díez, los cerca de cincuenta participantes que se acercaron al edificio gótico del siglo XVI no pudieron tomar el pulso al epicentro de la toma de decisiones de la institución. Según fuentes de la Universidad, son razones de seguridad las que decidieron al Vicerrectorado no permitir el acceso a la sala tal y como se anunció durante la presentación de las visitas.
Sí se abrieron al público otras dependencias a las que sólo tienen acceso personalidades y periodistas, como algunas zonas de la biblioteca, el Salón Rojo con la galería de rectores y la parte alta del Patio de los Mármoles.
La experiencia, que cuenta con la colaboración de dos especialistas en Historia del Arte encargados de explicar la historia del recinto, se extenderá a otros edificios de la Universidad como el Colegio Máximo de Cartuja o el Palacio de la Madraza, ambos Bienes de Interés Cultural al igual que el Hospital Real.
El edificio del Hospital Real, sede del rectorado y de la biblioteca general, es un emblema para la institución académica y para la ciudad. Se trata de una construcción de época de los Reyes Católicos cuyas obras comenzaron en 1511 aunque su realización fue un proceso de enorme lentitud. Actualmente, su imagen es el resultado de una superposición de estilos y tendencias desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII.
De propiedad estatal, el Hospital Real pasó a la Universidad tras la experiencia fallida de albergar el Museo Nacional de Tapices. En el edificio se localizan la biblioteca general de la Universidad y todos aquellos servicios relacionados con los libros.