El Consejo Social pide a la UGR que tome el liderazgo y frene la fuga de talentos
Un día de grandes reconocimientos y duras críticas. Así se podría resumir la entrega de los premios del Consejo Social de la Universidad de Granada (UGR) que ayer celebró su séptima edición con la presencia de más de un centenar de personalidades del mundo académico, político, cultural y social de la capital granadina.
«Muchos de los talentos que hay en Granada no sólo no son recompensados por su labor, sino que se ven obligados a abandonar esta ciudad, que anda bastante falta de ellos». Así de contundente se mostró el presidente del Consejo Social de la UGR, Jerónimo Páez, que no dejó pasar su discurso como anfitrión del evento para exigir a las instituciones públicas, municipales y académicas, que aborde un proyecto de futuro menos «provinciano».
Si la misión del Consejo Social de la UGR es servir de enlace entre la Universidad y la ciudadanía, ayer su máximo responsable matizó cuál debe ser el reto de esta institución en el futuro: crear los espacios necesarios para fomentar la transferencia del conocimiento. «No existe ninguna empresa más importante y con mayor capacidad que la propia universidad», apuntaba Páez, quien se dirigía al rector para reclamar a la institución que él lidera un papel más determinante como precursor no sólo de la información, sino también del conocimiento.
El rector, Francisco González Lodeiro, había insistido minutos antes en el firme propósito de la UGR de abrirse más a la comunidad universitaria y, según él, qué mejor forma que premiar (con un águila bicéfala del escultor José Manuel Darro) la labor de dos jóvenes investigadores que trabajan por el desarrollo de la provincia y de la Universidad (Juan de Vicente Álvarez-Manzaneda y Houria Boulaiz); dos empresas (Telvent Abengoa y Egmasa) líderes en I+D y un centro universitario (Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos) de alto nivel de excelencia.
«Rector, no te olvides que tienes en tus manos la responsabilidad de liderar a esta ciudad», insistió Páez. No fue ajeno este gurú académico a la situación de crisis que azota todos los ámbitos de la sociedad, de la que culpó a los economistas por su falta de rigor teórico en el análisis, y aprovechó su discurso para dar un toque de atención a los responsables municipales. «Esta ciudad, que suele andar siempre en querellas políticas, no se ha parado a analizar cuáles son sus potencialidades, cuáles son sus capacidades y cuáles sus objetivos». Y al equipo de Gobierno de la UGR: «la Universidad tiene que seguir fomentando el talento y la capacidad de innovación. Rector, no te olvides»
Las palabras de Páez podrían ser un adelanto de el primer examen de la UGR que hoy se hará público: las cuentas de 2008.
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