Los integrantes del movimiento se comprometen a no hacer obras y a permitir el paso de los técnicos de la UGR para que comprueben que conservan el inmueble
Los integrantes del movimiento 15M que el jueves ocuparon las instalaciones del Rectorado de la Universidad de Granada (UGR) decidieron irse ayer. Los jóvenes anunciaron el fin del encierro tras presentar un escrito al rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, en el que insisten en negociar una cesión temporal del edificio de la calle Duquesa que albergará la futura biblioteca de la Facultad de Derecho.
Tras celebrar una asamblea general la noche del jueves, los manifestantes acordaron levantar el campamento y poner punto y final al encierro.
Pese al abandono físico, el grupo anunció que esperan que el rector escuche sus peticiones y les permita crear en el edificio de la calle Duquesa un «centro social abierto a la ciudadanía de Granada». Para ello anunciaron que se comprometerán «por escrito y ante notario, si fuera necesario», a no acometer ninguna obra, realizar un estudio arquitectónico que demuestre que así ha sido y permitir en todo momento la entrada de técnicos de la institución académica para comprobaciones sobre la conservación del inmueble.
Asimismo, garantizan que facilitarán una lista de personas responsables identificadas y que saldrán del edificio de la calle Duquesa «dejándolo en el estado actual» el día antes del comienzo real de la obra de rehabilitación.
De momento, los dirigentes del movimiento han solicitado una reunión con el rector el próximo 1 de diciembre. Si ese día no obtienen una respuesta satisfactoria a sus peticiones insisten en que volverán a realizar actos de protesta. El rector, Francisco González Lodeiro, ya dejó muy claro tras el desalojo de la futura biblioteca de Derecho que no negociará cesión alguna bajo amenazas de futuras actuaciones y subrayó que ese inmueble no está ni vacío ni abandonado, ya que tiene destinado un uso académico para los estudiantes de la Universidad.
A primera hora de la mañana de ayer tras la recogida de bártulos y enseres del Hospital Real el movimiento presentó sus nueva propuesta de negociación con el rector, dirigida a conseguir los mismos objetivos: conseguir el permiso institucional para ocupar un edificio de la Universidad catalogado como un bien patrimonial de carácter público.
En su comparecencia, el grupo criticó «la mercantilización de la educación de la Universidad de Granada». Según Enmanuel Chamorro, uno de los portavoces del 15M en Granada, no entiende «cómo en unos años de crisis la matrícula de la UGR ha aumentado un 5%» y criticó que el rector «vea la institución como una empresa en vez de una entidad docente». Además de rechazar el incremento de las tasas, los manifestantes criticaron la subida de precio que experimentará el menú en los comedores universitarios y la política de compra de inmuebles por parte de la UGR.
Según Enmanuel Chamorro la Universidad de Granada «no hace más que gastarse decenas de millones de euros en comprar inmuebles, cuando el patrimonio de la UGR supera los 700 millones de euros; sin embargo no se cubren las bajas del profesorado ni se amplía plantilla, repercutiendo de forma negativa en la calidad de la enseñanza».
El objetivo del movimiento 15 de marzo en Granada es conseguir un espacio para poder crear centros de vecinos abiertos a los granadinos. Entre las actividades que desarrollarían en ellos habría actividades enfocadas a la cultura y la política. En la actualidad tras el fin de la acampada en la plaza del Carmen se centran en crear contactos con los vecinos y pueblos para crear «conciencia de la necesidad de cambiar las cosas de forma colectiva sin jerarquía».