Dos años después de iniciar la implantación del Plan Bolonia en las universidades españolas (meses en la granadina) llega el momento de reflexionar sobre la universidad que queremos y los pilares que la sustentan. Sobre qué es lo que se ha conseguido con las últimas reformas y cómo se puede continuar con su modernización a pesar de la crisis económica.
De ese punto de inflexión parten los máximos responsables de la educación superior en el país y así lo están debatiendo en las jornadas organizadas por la UGT en la Facultad de Derecho, que fueron inauguradas ayer por el secretario general de Universidades, Marius Rubiralta, y que continúan hoy con la presencia del rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro.
Una vez concluida la reforma del sistema de financiación de las universidades en España, los agentes sociales están revisando ahora la gobernanza de las mismas, un debate que no está exento de polémica. Sindicatos como UGT han puesto la voz de alarma en un punto, la designación del rector y de los decanos, que se realiza desde hace años por elección, pero que en algunas universidades europeas se está cambiando por designación.
Para Rubiralta, «el sistema de gobernanza tiene que revisarse, tal y como ha hecho toda Europa, pero no todas las universidades europeas han centrado su modernización en este punto», advierte. En marzo, una comisión analizará los avances realizados hasta ahora. Europa aconseja que se de la máxima flexibilidad a las universidades para que cada una tenga su propio sistema.
«Vamos a procurar conseguir para la gobernanza el mismo nivel de consenso que hemos trabajado en la financiación, con objetivos a medio y largo plazo», advierte Marius Rubiralta, para quien es necesario que haya una mayor eficiencia y eficacia del sistema. La fórmula para conseguirlo, según él, es: incidir en la cooperación, en la colaboración, las alianzas estratégicas y la internacionalización. Es decir, el Gobierno quiere que se extienda el modelo de los Campus de Excelencia Internacional (CEI), donde colaboran universidades que nunca antes se hablaban, se coordinan territorios y universidades, empresas y universidades… «Si las universidades manifiestan un desconocimiento de esta realidad no ayudarán al propio proceso», dice el secretario.
La preocupación generalizada en las universidades españolas por la crisis económica es uno de los aspectos que más preocupa a Rubiralta. «El proceso de cambio se debe realizar en la línea que iniciamos hace dos años y que se está ya consolidando». Satisfecho de que éste no sea ya un tema habitual en los debates, el secretario General de Universidades lo único que quiere es que se la modernización llegue a todas las universidades, pero «con rigidez y honestidad para que, aquello que ya está aprobado, superado y analizado no vuelva a su origen. No es bueno que volvamos a destejer lo que ya se ha estado haciendo».
