La limitada tasa de reposición del 10% impuesta por el Gobierno no sólo impide renovar y completar la plantilla de profesorado de la Universidad de Granada (UGR), sino que también pone trabas a la estabilidad laboral de los profesores interinos y asociados, que ven limitadas sus posibilidades de promoción interna y, por tanto, sus opciones de mejora laboral y salarial. En esta situación se encuentran casi dos de cada diez docentes de la UGR, ya que de los 3.701 profesores que componen la plantilla de la institución, unos 700 son interinos y asociados con sueldos que oscilan entre los 236,20 y los 1.417,18 euros al mes, según los datos de la última memoria académica de la Universidad.
La abismal diferencia en la retribución que perciben los interinos y asociados se debe, fundamentalmente, al tiempo que dedican a dar clase. Así, los que más cobran -1.417,18 euros en doce pagas a las que hay que sumar dos extras- están a tiempo completo. Desde ahí, el salario baja en función de las horas de docencia: los que están contratados por seis horas de clase semanales ganan 708,59 euros; los que están cinco horas, 590,49; los que tienen un contrato de cuatro horas, 472,39; por tres horas, 354,30 euros; y por último los que están por apenas dos horas de clase, 236,20 euros.
Las retribuciones del profesorado interino son las más bajas dentro de la tabla que recoge los salarios del personal docente laboral para el año 2014 en la Universidad de Granada. Un puesto por delante en la tabla están los ayudantes, que perciben entre los 1.535,27 y los 1,653,37 euros por un contrato a tiempo completo. En cuanto a los colaboradores, los salarios oscilan entre los 2.007,66 y los 2.361,96 euros al mes.
Todas estas retribuciones tienen la particularidad de que prácticamente la mitad corresponde a sueldo y el resto obedece a complementos. Existen otros extras, como el que perciben los profesores asociados laborales por doctorado, que suman a su sueldo entre 17,05 euros para los que están contratados dos horas y los 51,16 euros que perciben los que dan seis horas de clase.
En cuanto a la ‘calidad’ del empleo en la UGR, el 60% del personal docente es funcionario: 2.210 de los 3.701 que componen la plantilla. Se trata de catedráticos y titulares de Universidad que tienen su puesto consolidado. Entre el contratado por otras modalidades (1.396 personas), los profesores contratados doctores y los colaboradores sí tienen una vinculación estable con la UGR, explican desde el sindicato FETE-UGT, mientras que el resto (ayudantes, asociados laborales, eméritos, visitantes…) tienen na relación laboral temporal.
La evolución de los últimos años en la contratación de docentes se ha visto condicionada por la tasa de reposición, impuesta desde el Gobierno central y que limita las incorporaciones a las plantillas de la Administración pública a apenas un 10% de las bajas y jubilaciones que se produzcan. Así, el número de profesores el curso pasado -y siempre según los datos de la memoria académica- es idéntico al del anterior: 3.701. Pese a la ‘congelación’ global, sí ha crecido el número de catedráticos del curso 2011/2012 al 2012/2013 un 3,7% y el de titulares de Universidad (0,5%). Descienden los catedráticos y titulares de escuelas universitarias, por ser plazas a extinguir, explican desde el Rectorado.
A largo plazo, y mientras se mantenga la tan criticada tasa de reposición, será más complicada la consolidación de puestos de trabajo de ‘calidad’, por cuanto que únicamente se podrá convocar una plaza por cada diez jubilaciones. Desde FETE-UGT explican que la idea del Rectorado para amortiguar el efecto de esta restricción en la contratación era la tasa de reposición dinámica, por la que primero se convocarían plazas de catedrático y posteriormente se convocaría una nueva oposición para ocupar las plazas de los titulares de la UGR que hubieran promocionado a catedráticos. En esta línea iba la petición del consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta, José Sánchez Maldonado, al ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, al que instó recientemente a un cambio normativo en la regulación de la tasa de reposición del 10% del profesorado de la universidad para facilitar la promoción interna sin crear nuevas plazas.
