félix de moya anegón. vicerrector de nuevas tecnologías
Detrás de los resultados científicos hay docentes capaces de investigar
esther falcón
investigador. El catedrático Félix de Moya, en Biblioteconomía.
M. T.
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granada. El profesor Félix de Moya, ex decano de Biblioteconomía y actual vicerrector de Nuevas Tecnologías, es el responsable del Atlas de la Ciencia y de los últimos informes que analizan y evalúan la producción científica en Andalucía y en España. Con su último proyecto, un estudio que el grupo Scimago acaba de concluir, los investigadores descienden por primera vez a nivel de centros y departamentos y logran realizar una radiografía fiel sobre la actividad investigadora dentro de la Universidad de Granada.
–¿Cómo surge la iniciativa de realizar este nuevo estudio?
–En realidad es una consecuencia lógica de los trabajos que viene realizando el grupo Scimago a partir del Atlas de la Ciencia –un proyecto del Plan Nacional–, del primer y segundo informe de indicadores científicos nacional –encargo de la Fundación Española de Ciencia y Tecnología– y de los informes elaborados en Andalucía y otras comunidades autónomas. Hasta ahora no habíamos tenido tiempo de descender al análisis de una institución y lo más lógico era que la primera foto que realizáramos fuera de la nuestra. Este trabajo significa, por tanto, descender al nivel de departamentos y centros.
–¿No se trata de ningún tipo de encargo por parte del equipo de gobierno de la Universidad?
–Aunque la iniciativa de hacer la investigación parte del grupo, el Vicerrectorado de Investigación siempre nos había dicho que necesitaba contar con una información de estas características para poder sacar algunas conclusiones respecto a la política de investigación que se está llevando a cabo y ver cuáles habían sido los efectos de algunas de las medidas que se habían tomado, por lo menos en lo que tiene que ver con los resultados que se pueden medir en forma de publicaciones científicas. Porque, si bien hay otro tipo de resultados que deben complementar un análisis de esta naturaleza, los resultados últimos de la mayor parte de la investigación que se hace termina cristalizando en forma de publicaciones.
–Según los resultados del estudio, ¿debería la Universidad plantear cambios en su política de apoyo a la investigación?
–En principio, lo que parece más obvio es que lo que se ha venido haciendo en cuanto a políticas de investigación ha sido productivo, ya que el crecimiento ha sido importante y el proceso de internacionalización de las investigaciones se está desarrollando a buen ritmo. Yo creo que la política que se ha seguido en los últimos años ha empujado ese proceso de internacionalización y la prueba es que, cuando se compara la UGR con el resto de las universidades de España, se observa cómo suben y bajan otras instituciones mientras Granada se mantiene. La Universidad era la sexta en producción en el año 1990 y lo sigue siendo en 2003. Y para que eso sea posible ha habido que crecer mucho, porque todo en España ha crecido muchísimo en esos catorce años.
–En todo caso, siempre hay ciertos aspectos que se pueden mejorar o que requieren cierta reorientación.
–Aunque las tasas de esfuerzo son grandes, las de impacto no lo son tanto. Creo que todavía hay que mejorar en cuanto a la calidad de las revistas en las que se están publicando los trabajos, porque estamos por debajo otras universidades de España y eso nos coloca en una situación de desventaja.
–Con esta nueva investigación se refuerzan los datos de liderazgo ya apuntados en el Atlas de la Ciencia…
–Y ahora lo que hacemos es desentrañar exactamente quiénes son los responsables de esa posición dentro de la Universidad. Analizamos qué centros, qué departamentos y qué áreas tienen más responsabilidad en ese liderazgo.
–¿Qué valoración podría extraerse de este tipo de análisis en cuanto a la concepción de la propia institución?
–Desde mi punto de vista, y creo que es algo que se sostiene con este tipo de estudios, el debate entre docencia e investigación es un debate ficticio. Por un lado, para hacer buena docencia es necesario hacer investigación y, en segundo lugar, cuando se muestran resultados de investigación lo que se está diciendo es que detrás de esos resultados hay profesores, que son investigadores y que tienen capacidad para transmitir buenos conocimientos a sus estudiantes. Hacer una división entre una cosa y otra no tiene mucho sentido. Lo que parece claro es que una institución pública de educación superior que no investiga tiene muy poco que enseñar. No quiere esto decir que todos los profesores tengan que hacer investigación de ese nivel para poder enseñar, pero la institución como sí debe investigar.