Carrera de fondo en la Universidad para alcanzar los primeros puestos
«No se trata de que estén en los primeros puestos de los ranking internacionales, es más bien una apuesta de futuro». La secretaria federal de Educación y Cultura del PSOE, Cándida Martínez, matizó así uno de los objetivos del Gobierno para los próximos 6 años que, según ella, es «situar a las universidades españolas entre las diez mejores del mundo».
Aunque dejó claro que no se refería al ranking mundial que anualmente publica la Universidad de Jiao Tong de Shanghai, las universidades españolas siguen muy de cerca esta clasificación y la posibilidad de estar entre los diez mejores, junto a Harvard, Columbia o Stanford es casi imposible ni en la próxima década. Ninguna universidad en España se sitúa entre las 100 mejores del mundo y tampoco entre las 50 con más prestigio de Europa. Sólo una, la de Barcelona está entre las 200 primeras. Es verdad que la Universidad de Granada está la primera de las andaluzas, pero aún así se sitúa en el puesto 468.
Ayer se celebró la última reunión en Granada de los secretarios regionales de Educación y Universidad del PSOE, en la que Martínez hizo de portavoz para exponer las futuras líneas de actuación de los socialistas.
«El Gobierno se ha marcado quince líneas de trabajo -dijo Martínez a Granada Hoy- que pasan por una mejora de la formación de sus estudiantes y una mejora de las condiciones de trabajo del profesorado».
Para la representante del PSOE en materias educativas, el borrador del estatuto del docente recogerá, entre otros, «incentivos de carácter económico»; el estatuto del estudiante permitirá a los alumnos «participar más activamente en los consejos»; y los campus internacionales, fomentará el «intercambio de alumnado».
También analizaron las «ventajas» que acarreará para los universitarios españoles la incorporación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), ya que «podrán tener una mayor movilidad profesional y un reconocimiento de sus estudios hasta en 46 países», dijo Martínez. Reconoció además el «enorme» trabajo que están realizando los rectores y los profesores universitarios para la adhesión al Plan Bolonia.
Descargar