entrevista
Caemos en la falacia de pensar que todo avance técnico es bueno
El director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada recibió ayer la Medalla de Honor de la Fundación Rodríguez-Acosta en reconocimiento a su labor científica. El investigador, considerado como uno de los más prestigiosos especialistas internacionales en su materia, aplica desinteresadamente sus conocimientos para solucionar problemas humanitarios e históricos
pepe marín
distinción. Lorente recibió ayer la Medalla de Honor de la Fundación.
ELENA LLOMPART
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granada. Un chico de pueblo llegaba a Granada en 1979 para estudiar Medicina, siguiendo la tradición de su padre. En la actualidad, José Antonio Lorente es profesor titular del Departamento de Medicina Legal y Forense de la Universidad y de Criminalística en el Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología. El científico, que dirige el Laboratorio de Identificación Genética de la UGR y es subdirector de la Escuela de Medicina del Trabajo de Granada, está considerado uno de los más prestigiosos especialistas internacionales en identificación genética.
–Es la primera ocasión en que la Medalla de la Fundación, hasta ahora tradicionalmente dirigida al ámbito de las humanidades, premia una labor científica…
–Me siento privilegiado como persona y profesionalmente, porque una institución tan relevante y que pertenece a una familia que es histórica y emprendedora en el patrocinio de la cultura se haya salido de su vía de mención para hacerlo extensible a personas de una ciencia más aplicada y práctica. Más aún cuando en Granada hay docenas de personas que tienen una experiencia profesional y una capacidad mucho más grande que la mía…
–¿Es fácil perder la perspectiva cuando se está en lo más alto?
–Depende de la valoración que uno tenga de sí mismo. Yo me considero una persona absolutamente normal y que trabaja mucho. He tenido la suerte de tener un gran equipo y un apoyo permanente por parte de mis compañeros del Departamento de Medicina Legal.
–La Facultad de Medicina está llena de alumnos que se presentan estos días a las pruebas de Selectividad. ¿Se acuerda de sus años de estudio?
–Sigo siendo ese chico de pueblo que vino a Granada a estudiar y no pierdo en absoluto el horizonte. Me encanta recordar estas cosas, volver a mi pueblo y estar con mis amigos.
–Tiene muchos frentes abiertos, ¿cuál le ha proporcionado mayores satisfacciones hasta ahora?
–Lo que mejor está funcionando y extendiéndose internacionalmente es el Programa Fénix de identificación de personas desaparecidas. A diario resolvemos problemas que de otra manera no se habrían podido esclarecer. También me aporta mucha satisfacción las identificaciones en casos relacionados con temas de Derechos Humanos en Perú, México, Chile, Uruguay, Salvador, Guatemala…
–Hay otros temas que por su complejidad causan más dolores de cabeza…
–Para mí es un gran honor haber creado y ser presidente de la Academia Iberoamericana de Criminalística, donde están unidos todos los profesionales de Iberoamérica, España y Portugal. Y claro, por su atractivo, el tema de la identificación de la identificación de Colón…
–¿Hay alguna novedad?
–Seguimos avanzando. Los datos están confirmando que no se puede descartar lo que hay en Sevilla. Por un lado, estamos a la espera de que nos dejen analizar los huesos de República Dominicana, aunque no es crucial para nuestra investigación. Por otro lado, estamos iniciando una línea de trabajo sobre los orígenes de Cristóbal Colón y esto es más intersante que saber dónde está enterrado, que es una anécdota derivada de circunstancias históricas.
–Es profesor titular del Departamento de Criminalística. ¿Cuáles son las diferencias entre Criminalística y Criminología?
–La Criminología estudia el delito, las personas que lo cometen, las víctimas, el medio social en que se producen… El objeto es prevenirlo. Dentro de la Criminología hay una parte que es la Criminalística, que es la que nosotros hacemos desde la Medicina Legal. Estudia los indicios: pequeños objetos que aparecen en los lugares donde se produce un delito y que, con base en el estudio científico, podemos deducir qué persona cometió los hechos y cómo pasaron. Según las huellas, manchas de sangre, los golpes de un coche al chocar…. se reconstruyen los hechos y se completan con las versiones de testigos.
–La ciencia avanza de forma imparable. ¿Cree que en el futuro se realizarán clonaciones humanas?
–Espero que no. Y no sólo por las limitaciones técnicas. En primer lugar, hay que analizar los problemas que surgen en el desarrollo adecuado de los seres clonados. Pero lo más importante es la limitación legal y ética. La sociedad debería reflexionar y discutir mucho más. No es tan fácil como pensar que ayudará a crear un nuevo órgano para salvar a las personas con diabetes, por ejemplo. Vender cierto tipo de nuevas tecnologías a corto plazo como si fueran el remedio definitivo puede ser peligroso. La sociedad tiene que poner los límites en los que quiere que se desarolle la actividad científica. El asumir como principio que todo avance científico o técnico es bueno por deficinión es una falacia en la que estamos cayendo todos continuamente.