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Arabescos

– Arabescos

NO es raro que en nuestra ciudad nos sorprenda un arabesco a la vuelta de cualquier esquina mientras vayamos corriendo hacia tal o cual destino para resolver algún asunto pendiente, incluso urgente. Dentro de los trazos inmediatamente reconocibles como arabesco, se hallan más respuestas que preguntas acerca de una cultura que dejó definitivamente su impronta no sólo en Granada -afirmación ésta que casi constituye una perogrullada- sino en toda la Península Ibérica.

Es un hecho visual que tenemos más que asumido y, sin embrago, a veces parece que no lo tenemos interiorizado del todo. Nuestra universidad fue de las primeras en promocionar el estudio de la lengua y cultura árabes, lo cual ha pasado extrañamente desapercibido durante muchos años. No obstante, desde hace algún tiempo tenemos en funcionamiento tres instituciones que están llevando a cabo una actividad casi frenética en aras de dar a conocer más de cerca, lejos de todo tópico, la cultura con que los árabes dieron las pinceladas casi definitivas a la configuración actual de España. Américo Castro dixit.

Me refiero a la Cátedra García Gómez (con vinculación a la UGR), la Fundación Euroárabe y la Escuela de Estudios Árabes, dependiente del CSIC. La otra noche tuve el honor de asistir a la inauguración del Mes de Egipto, organizado por los sabios inquilinos investigadores de la Casa del Chapiz. Como ya nos tienen acostumbrados con los anteriores Mes de Túnez y Mes de Marruecos, el acto, y las actividades programadas, son entrañables, además de fascinantes.

La presencia de un embajador en cualquier evento puede causar un impacto impersonal, incluso puede provocar cierta alienación. Pero la cercanía del señor Yassir Mourad le convirtió en un viejo amigo recién encontrado. No en balde su experiencia en España tiene ya 25 años, hecho que se hace notar en su forma de hablar y el contenido de lo que dice.

Pero además estaba la doctora Nagwa Mehrez, que preside con gran acierto y eficacia la Asociación de Hispanistas de Egipto, cuyos miembros son todos unos enamorados de nuestra cultura. Enamorados y entendidos porque saben mejor que nosotros, y de antemano, todo lo que tenemos en común. Tiene su sede en El Cairo, donde falleció el gran Ibn Jaldún, visir que fue de los nazaríes y que también dejó su granito de arena en Granada.

Todo el mes habrá actividades sugestivas: conferencias, cine, música (atentos al pasacalles el día 26) y una exposición de fotografía de gran expresividad de Osama Esid que no se puede perder. Háganme caso, por favor, y pasen de la crisis. El Mes de Egipto les alegrará la cara.
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