Alumnos de Odontología exigen su cierre tras el derrumbe de un techo.
El ala derecha del Colegio Máximo de Cartuja, donde dan clase los alumnos de Odontología, permaneció ayer cerrada durante toda la mañana mientras los arquitectos hacían una evaluación del estado de conservación del edificio. El viernes por la tarde se cayó el techo del despacho de un profesor por lo que la arquitecta encargada de la restauración de las cubiertas del edificio optó por clausurar la facultad alegando riesgo para los alumnos en las aulas, en las clínicas y en los departamentos de los profesores.
La medida, que fue considerada excesiva en la Universidad, ha supuesto el cambio de arquitecto ya que la anterior profesional no ha querido seguir con la obra por considerar que existe peligro para la comunidad universitaria por el estado de las cubiertas. No opina lo mismo el equipo de arquitectos que se reunió ayer con el decano de la facultad, Alejandro Ceballos, ya que a las 13.00 horas emitió un informe final en el que declaró que no hay riesgo en el edificio, por lo que recomendaron que las clases se reanudaran en ese mismo momento.
Pero las aulas ya estaban solas. A primera hora de la mañana los profesores anunciaron a los cerca de 200 alumnos que no iba a haber clase porque la facultad estaba clausurada ante el riesgo de desprendimientos y que no sabían cuándo se podrían reanudar las clases. Inmediatamente los alumnos se concentraron en una sentada a las puertas del Hospital Real para pedirle al rector, David Aguilar, una actuación urgente. En los primeros momentos de incertidumbre los alumnos comenzaron a enviar mensajes alertando a sus compañeros de la situación del edificio, por lo que durante toda la mañana los estudiantes se desplazaron hasta las taquillas de la facultad para recoger sus enseres. María Martín, una de las alumnas, declaró que los materiales y utensilios clínicos que los alumnos guardan en el centro superan en muchas ocasiones los 4.000 euros por lo que, ante la ausencia de información, decidieron no esperar al veredicto de los arquitectos y comenzaron a llevarse sus cosas.
Por su parte, el decano de Odontología declaró que los alumnos se precipitaron en su actuación y que hoy a partir de las ocho las clases se volverán a reanudar con total normalidad. No en clase sino en la calle estarán los alumnos que se niegan a entrar al centenario edificio y que ya han organizado un acto de protesta para pedir seguridad en su centro de estudios.
En febrero de 2006 la clínica 1, la más grande y la más moderna de la facultad, fue clausurada al desprenderse parte de la bóveda cuando los alumnos estaban atendiendo a un paciente. Desde entonces la sala está cerrada.
La clínica número 1, el aula número 5 y un pasillo de despachos serán las únicas dependencias de la Facultad de Odontología que permanecerán cerradas durante la próxima semana.
La vicerrectora de Infraestructuras y Patrimonio de la Universidad de Granada, Elena Díez, insistió en que no hay motivo para la alarma y declaró que todo está regulado. Hemos cambiado de arquitecto y el nuevo tiene que evaluar cómo está la obra, por eso necesitamos clausurar la facultad, pero sólo por una mañana, eso es todo, manifestó y añadió que no se ha clausurado nada nuevo sino los espacios que ya estaban antes cerrados mientras se acomete la obra de restauración.
El actual equipo de gobierno de la UGR ha invertido cerca de un millón de euros en la restauración de las cubiertas del Colegio Máximo de Cartuja. El edificio constituye uno de los Bienes de Interés Cultural con los que cuenta la Universidad de Granada. Fue convento de la Compañía de Jesús y constituye uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura de finales del siglo XIX.
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