«El tejido industrial granadino es poco denso y adolece de empresas con un tamaño adecuado para acometer procesos de internacionalización. Además, muy pocas empresas nacen con una vocación exportadora y muy pocas la adquieren». Esta es una de las conclusiones reflejadas en el último informe de coyuntura del comercio exterior elaborado por el Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de Granada, referente al periodo 2000-2009.
Sin embargo, y aunque en un primer momento pueda resultar sorprendente, la situación ha cambiado considerablemente en los últimos nueve meses. Aunque aún no se haya traducido en cifras, como deja muy claro el último informe de exportaciones del Ministerio de Industria, lo cierto es que el año 2010 se ha convertido en un punto de inflexión que marcará un antes y un después en la presencia de las empresas granadinas en el extranjero. El responsable del área de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Granada, Eduardo Olivares, explica que en lo que va de año «ha despuntado el interés por la internacionalización», que se ha dejado notar tanto en el incremento de solicitudes para participar en los programas de ayudas al comercio exterior como en las operaciones de exportación. De hecho, Olivares asegura que durante 2010 las consultas sobre comercio exterior que ha recibido la Cámara han aumentado un 20%, mientras que la participación en los distintos programas de internacionalización se ha triplicado.
Según detalla Olivares, las consultas de exportación -entre las que destacan las de información de mercados- han pasado de ser el 28% del total en 2008 al 36% en 2010. Por sectores, han sido las consultas del sector agroalimentario las que más han crecido, pasando del 18% en 2008 al 29% en 2010, lo que muestra el interés del sector por afianzar su papel exportador, sobre todo fuera de la UE.
«Esta es una consecuencia del estancamiento del mercado nacional, que ha convertido a la internacionalización en un recurso, en una vía de escape. Algunas empresas se la plantean como una opción estratégica, mientras que para otras es una cuestión de supervivencia», asegura Olivares.
Así que uno de los grandes problemas a los que se enfrentaba el tejido productivo granadino en sus procesos de internacionalización, la falta de ambición por salir de las fronteras nacionales, parece estar en vías de solución. Y no hay motivos para que no lo haga. Según el informe de Comercio Exterior de la Cámara, las empresas de Granada cuentan con grandes fortalezas que apoyan su salto al extranjero: la Universidad de Granada y el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud, que generan nuevas oportunidades en el sector biotecnológico y TIC; y el apoyo de las instituciones a través de programas e información.
2010 será, por tanto, un año clave para el proceso de internacionalización de la economía granadina. La crisis, que tanto ha afectado al tejido empresarial granadino, también se ha convertido en un revulsivo para compañías que quizá ni siquiera se habían planteado salir al extranjero.
Aunque el hecho de que Granada en su conjunto no haya destacado por su presencia en los mercados exteriores no significa que en la provincia no haya casos de éxito. Las tres compañías finalistas a los premios Alas a la internacionalización, concedidos por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia son un buen ejemplo de que empresas de distintos sectores, de diferente tamaño y con distintas filosofías pueden triunfar en su salto al extranjero.
