Más de mil universitarios han participado en el programa de becas del Parque de las Ciencias de Granada en el que, desde hace trece años, se han formado a alumnos como animadores científicos, destinados a servir de guías o acompañantes a los visitantes de la instalación.
A este tipo de ayuda pueden acceder todos los alumnos de la Universidad de Granada que estén cursando una carrera a partir de segundo y anualmente se dividen en sendos grupos de cincuenta alumnos entre septiembre y junio.
El consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, ha presidido hoy el reconocimiento del centenar de jóvenes que han colaborado en esta iniciativa en su edición de 2009-2010 y a los que ha calificado como la generación “de las oportunidades”, que a su juicio tiene el derecho y la obligación de mejorar el país.
De la Chica ha señalado que la experiencia de los alumnos es “enriquecedora” y ha instado a los participantes a que sean los mejores embajadores posibles del Parque de las Ciencias a través de la experiencia adquirida, con la que serán “amigos para siempre de la instalación”.
Por su parte, el presidente de CajaGranada, Antonio Jara, ha dicho que la figura del animador científico ofrece la posibilidad a los visitantes de conocer experiencias curiosas, lo que hace que la labor de mediación “esté encaminada a compartir” y se ha comprometido a mantener el acuerdo de la entidad financiera con el programa, a través de su financiación.
Jara ha señalado que la ciencia se ha de encaminar a “disciplinar o modular” comportamientos y ha recordado a los alumnos que estos poseen una tarea “preciosa” para facilitar el diálogo entre la ciencia y la ciudadanía, ya que entiende que no son simples transmisores del conocimiento, sino que divulgan un trabajo didáctico y educativo.
El rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, ha destacado este tipo de becas como una oportunidad que distingue a la universidad granadina de otras y ha destacado que el trabajo de los animadores debe hacer ver a la ciudadanía que “la ciencia no es un lenguaje esotérico”.
Lodeiro ha valorado la tarea de los participantes en la actividad, ya que entiende que son los jóvenes investigadores los que poseen mejores cualidades para comunicar a personas de su misma edad la ciencia y poder animar a estudiantes de bachillerato a que se inicien en la materia.