Investigadores de la UGR logran controlar el exceso de sudor en las manos con electroterapia
15/07/2006 – 18:15
Redacción GD
Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada ha conseguido controlar la hiperhidrosis palmar -exceso de sudoración en las manos- mediante la electroterapia, consistente en sumergir las manos en bandejas con agua por las que se deja pasar una corriente eléctrica.
Los investigadores, pertenecientes al departamento de Fisioterapia y dirigidos por Carmen Moreno, han diseñado diferentes protocolos de aplicación de la técnica y los han ensayado en 60 pacientes, informó la Universidad de Granada.
En concreto, aplicaron a subgrupos experimentales diferentes tipos de corriente eléctrica galvánica y modificaron la frecuencia e intensidad, así como el tiempo de exposición de la misma.
En cualquiera de las modalidades, las dosis fueron ajustadas a la tolerancia y compatibilidad individual de cada paciente para prevenir posibles efectos adversos como irritación o quemaduras.
Según Moreno, las corrientes terapéuticas aplicadas disminuyeron la humedad relativa palmar, así como los efectos clínicos secundarios asociados a esta patología como la coloración, temperatura y edema, en todos los subgrupos tratados.
En cuanto a la secuencia temporal de las sesiones e intensidad de las corrientes aplicadas, los científicos apreciaron una mayor disminución porcentual de la humedad relativa en los subgrupos a los que se aplicaron sesiones diarias y dosis de corriente más baja, frente a las sesiones alternas y con dosis de corrientes más alta.
Los científicos también han demostrado a través de un estudio histopatológico del tejido dérmico de la palma de la mano que, a diferencia de lo que argumentan otros estudios, una vez realizada la aplicación terapéutica la sudoración palmar no remite por la obstrucción de los poros.
La hiperhidrosis -sudoración superior a lo normal- está causada por la secreción excesiva de las glándulas sudoríparas ecrinas, que se distribuyen por todo el cuerpo si bien su concentración es mayor en las plantas de los pies y las palmas de las manos.
Las personas que padecen esta afección, que también se combate con la farmacología, psicología y cirugía, sienten rechazo social y, especialmente cuando la sufren en las manos, provoca una auténtica incapacidad profesional, según el grupo de investigación.