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El Movimiento ‘Slow Food’ pide la recuperación de los cultivos en extinción

– El Movimiento Slow Food pide la recuperación de los cultivos en extinción

Alimento bueno, limpio y justo es la filosofía que mantiene el movimiento internacional Slow Food (comida lenta) en Granada, que además reclama recuperar los cultivos tradicionales que se están perdiendo en la provincia, como la patata copo de nieve y la espichá.

Contra la comida rápida, Slow Food defiende productos naturales agradables para el paladar procedentes de una agricultura sostenible y respetuosa con el medio ambiente, la identidad cultural de los pueblos y el bienestar animal, explicó a Efe su presidente en Granada, José Luis Rosua, titular de la Cátedra de la UNESCO de desarrollo sostenible de la Universidad de Granada.

Las patatas copo de nieve son uno de los cultivos defendidos por el movimiento, y Nigüelas, al pie de Sierra Nevada, es uno de los pocos lugares donde se cultiva esta variedad, caracterizada por su calidad, que casi se encuentra en extinción, desde que hace décadas se dejó de cultivar.

Además, esta localidad se ha convertido en el segundo municipio andaluz con aspiraciones slows, es decir, con voluntad de adherirse al Protocolo de Intenciones para formar parte de las ciudades lentas, tras Pozo Alcón, un núcleo jienense enclavado en pleno Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.

El director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, Emilio Rodríguez, es otro de los miembros del movimiento en Granada, quien adelantó a Efe que ya se ha enviado a la sede central de Italia la llamada Arca del Gusto, una propuesta sobre los alimentos que se están perdiendo en la provincia y que son dignos de disfrutar, como la patata copo de nieve.

Rodríguez también avanzó que están recogiendo documentación sobre la espichá, boquerón al que se le quita el buche y se seca para comer posteriormente con ajos y huevos fritos especialmente, para incluirla en el Arca del Gusto.

Slow Food en Granada trata actualmente de promover que los restaurantes u hoteles de la provincia, como el Hotel Salobreña, reintroduzcan estos platos tradicionales en sus cartas gastronómicas, una fórmula que permitiría hacerlos rentables a una escala mayor y frenar el acelerado ritmo de las comidas que se extiende en la actualidad, según apuntó su presidente.

El movimiento fue fundado en Italia en 1986 por Carlo Petrini, y actualmente agrupa a alrededor de mil asociaciones, así como 100.000 socios repartidos por países como Francia, Italia y Alemania.

En España son ya alrededor de 1.000 las personas que desde Sevilla, Granada, Barcelona o Bilbao se suscriben a la filosofía de Slow Food, y concretamente en Granada existen 40 socios que realizan actividades tan variadas como degustaciones, jornadas gastronómicas y conferencias.

Algunas de las actividades previstas para después del verano son unas jornadas sobre espárragos de Huetor-Tájar, actividades sobre alimentos típicos de la comarca de la Alpujarra, así como distintas catas de vino.

Por último, adelantó José Luis Rosua, participarán en la primera edición de la feria agroalimentaria Andalucía Sabor de Sevilla el 25 y 26 de septiembre.

Aparcar las prisas y disfrutar de cada minuto, como propone el movimiento slow, es una filosofía de vida que, cada día, gana más adeptos.
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