El patrimonio imaginero andaluz está cada vez más protegido gracias a iniciativas como la de AgeO, una empresa afincada en el Parque Tecnológico de la Salud (PTS) que se dedica a la digitalización en 3D de tallas y otras obras de arte. El servicio Backup3D desarrollado por AgeO permite, a través de la utilización del escáner láser, reproducir fielmente no sólo cualquier escultura u objeto, sino también edificios o salas de especial interés histórico, con una precisión milimétrica y con independencia del tamaño.
La técnica “es sencilla, limpia y no conlleva ningún riesgo para la imagen, puesto que en ningún momento se manipula, no sufre ninguna intervención y no necesita ser trasladada a un laboratorio”, según explica Francisco Javier Melero, profesor de Informática Gráfica de la Universidad de Granada y asesor científico de AgeO.
El último ejemplo de réplica virtual de una talla religiosa realizada por AgeO, spin-off de la UGR, es la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Columna, que se encuentra en la Iglesia Santa María de Linares (Jaén) y realiza su estación de penitencia cada Jueves Santo. Esta talla, iniciada por Luis Ortega Bru y continuada tras su fallecimiento por Juan Antonio Ventura, es exponente del barroco sevillano.
Esta técnica permite que, en caso de accidente o pérdida, “se pueda obtener sin dificultad una réplica del original sin necesidad de depender de la habilidad del escultor, lo que da mucha tranquilidad a propietarios de obras de arte y cofradías”, afirma Melero. La digitalización en 3D de Nuestro Padre Jesús de la Columna no sólo garantiza a la hermandad poder hacer una copia idéntica ante el deterioro o pérdida del original
(algo que ya ocurrió en 1936), también facilita la reproducción a pequeña escala de la talla que, a través de la venta al público, ayuda a amortizar la inversión.
El trabajo -que puede verse en las webs http://backup3d.com/ y http://www.ageo.es/– se realiza en dos fases: en una primera se escanea in situ la pieza a digitalizar, para lo cual se emplean tan solo unas horas y, en una última fase se lleva a cabo el procesamiento de las imágenes tridimensionales, una tarea que puede alargarse varios meses dependiendo de la complejidad de la escultura.