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Andrés Sopeña: «La escuela es un instrumento de doma en manos del poder»

DA UNA CONFERENCIA SOBRE MEMORIA HISTÓRICA EN LA UNIVERSIDAD

Andrés Sopeña: La escuela es un instrumento de doma en manos del poder
28/4/2004- 18:31- Universidad

El escritor y catedrático de Derecho Internacional Privado Andrés Sopeña. (GD)

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El escritor y catedrático de Derecho Internacional Privado Andrés Sopeña, autor de la novela Florido Pensil, dijo hoy que la escuela ha sido y es un instrumento de doma que está ahí para ahormar a la gente a unas formas y modos que el poder decide. Sopeña hizo estas declaraciones antes de pronunciar la conferencia Los suspiros de España en el marco de la Primera Semana por la Memoria Histórica, celebrada en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada.

El autor explicó que el título de su conferencia se debe a los suspiros que se nos escapan cuando uno ve como fuimos tratados en la educación de la época franquista, con unos valores que trascendían a la escuela e impregnaban absolutamente todo, tebeos, juegos y maneras de afrontar la existencia. Cuando pensamos lo que hicieron con nosotros y vemos sus consecuencias y a los elementos que hay por ahí sueltos producto inequívoco de la época, entonces uno suspira, añadió Sopeña, quien subrayó que la escuela, incluida la actual, es un instrumento de doma al servicio del poder, sea cual sea éste.

En su opinión, durante la época franquista se adoctrinaba para legitimar una situación política y social determinada: que unos señores se alzaron de manera harto bruta contra un gobierno legalmente constituido, que lo derrocaron y que luego represaliaron a miles de personas que actuaban en consecuencia con un sistema democrático. Para Sopeña, los peores daños que han quedado de entonces son los subconscientes porque cuando uno es consciente de que está haciendo mal puede enmendarlo pero no cuando lleva enquistado en el alma actitudes racistas y xenófobas consecuencia natural de una época en la que los hombres eran mostrados distintos entre sí, en todas las lecturas, incluidos los tebeos.

Explicó que el hecho de que unos hombres fueran considerados mejores que otros y las distinciones que se hacía entre razas, etnias y religiones crearon el germen de la intolerancia que ahora se percibe. Añadió que los efectos de aquella educación aún se siguen acusando, aunque subrayó que es muy difícil que la gente lo reconozca porque cuando se habla de cosas subliminales y profundamente enquistadas lo que suele pesar es que lo nieguen. Ahora mismo, poner en evidencia la perversión del poder y sus manipulaciones mosquea, porque la gente se cree libre aunque seamos esclavos modernos, aseveró.

Por Gd

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