Sucesos
12/02/2005
El cadáver de Montaña Amarilla fue descuartizado para extraerle cocaína
La Guardia Civil cree que el hombre cuyo cuerpo carbonizado fue localizado en el interior de una bañera en el paraje Montaña Amarilla de Arona, era un mulero que transportaba un kilo y medio de cocaína. La víctima falleció al reventarle una bola de las casi noventa que podría transportar como máximo y por este motivo los narcotraficantes lo abrieron en canal.
El hombre que apareció troceado y carbonizado en el interior de una bañera en Montaña Amarilla, en San Miguel de Abona, era una mula que podría haber traído entre 80 ó 90 bolas de cocaína con un peso de casi un kilo y medio.
Por este motivo, la Guardia Civil apuntaba a que el fallecimiento no fue traumático, sino que su muerte le sobrevino cuando trataba de expulsar la cocaína en el piso de dos colombianos, y una de las bolas le reventó en el estómago. Estos narcos, que están identificados en una cinta de vídeo, eran los receptadores de la droga.
Fue precisamente este hecho lo que llevó a los dos narcos a plantearse que el fallecido fuese troceado en este lugar, ya que los restos del cadáver no presentaban señal de sangre ni huella alguna, como si hubiese sido cortado en una bañera mientras dejaban correr el grifo del agua para lavar cualquier vestigio de huella, señaló una fuente de la 151 Comandancia de la Benemérita.
El cadáver de este hombre, que aún no está identificado, presentaba un corte a la altura del intestino grueso según los resultados de la autopsia y las cápsulas que ingirió podían medir unos siete centímetros de largo y uno o dos de diámetro.
Una vez finalizaron la operación intentaron deshacerse de los restos del cadáver prendiéndole fuego, pero éste no ardió por completo y gracias a sus partes blandas no carbonizadas se pudo llegar a esta conclusión.
Probablemente, este hombre fue preparado en Colombia durante varios días por los narcos que le obligaron a tragar uvas o bien trozos de zanahorias recubiertos en aceite para adaptar el estómago a dicha ingesta.
Dada la gran cantidad de horas de viaje, entre doce y quince, y las diferentes escalas de su viaje, Bogotá-Madrid y Tenerife Norte o el Reina Sofía, si antes y para despistar a la Policía española no efectúa algún transbordo en Chile, los narcos le suministraron un medicamento relajante que retarda los movimientos digestivos.
Las fuentes de la Guardia Civil consultadas por La Opinión de Tenerife daban pocas esperanzas la detención de quienes lo abrieron en canal, pues a pesar de se aprecian sus rostros en una cinta de vídeo grabada en la empresa donde adquirieron los útiles de cirugía, al no estar fichados en España, es harto difícil su detención. Los narcos invirtieron unos diez minutos en preparar cada bola y el fallecido pudo tardar una hora en ingerir las ochenta o noventa bolas que portaba en el interior de su organismo. Tras la realización de la autopsia, los agentes no hallaron ningún huevo con droga, aunque sí el corte a la altura del intestino grueso, evidencia clara de que portaba envoltorios en su organismo.
Según estas mismas fuentes, en otras ocasiones en las que un mula transportaba droga así, se ha detectado que ésta venía envuelta en papel carbón con lo que se podía disimular su pase ante la máquina de rayos X.
La Guardia Civil cree que los autores del descuartizamiento ya contaban con experiencia en este tipo de operación, dado que el corte que presentaba a la altura del intestino grueso así lo denotaba. Una vez cumplieron su labor, entregaron la droga a su receptor para su posterior venta a los consumidores y huyeron.
Muestras orgánicas
Además, la labor investigadora de la Policía Judicial de la Benemérita se ve dificultada por el hecho de no saber cuándo llegaron a la Isla ni el fallecido ni los traficantes.
En cuanto a la filiación del cadáver, los forenses que practicaron la autopsia tomaron muestras orgánicas para obtener su ADN y enviaron los resultados a la Dirección General de la Guardia Civil para incluir los mismos en el programa Fénix, en colaboración con la Universidad de Granada, que permitirá, siempre y cuando se cuente con ADN de sus familiares, poder determinar su identidad.
Se da la circunstancia de que este es el primer caso conocido aquí de fallecimiento y posterior descuartizamiento del traficante. Hace tres años un camello libanés pereció a su llegada al Reina Sofía con un kilo de cocaína que portaba en el interior de su organismo.
La Policía ha detectado en los últimos años un aumento en el uso de correos humanos, aprovechando para ello las dificultades económicas de la mula o bien amenazándole con hacer algún tipo de daño físico a la familia que dejan atrás.
Probablemente, puede que en este macabro caso los familiares nunca lleguen a saber qué le ocurrió a esta persona ni tampoco cuál fue su terrible final.
Así preparan los narcos a las ´mulas´
Para poder ingerir las cápsulas cargadas de cocaína u otras drogas (heroína), los narcos la suelen modelarlas hasta tomar la forma de una tiza, que es introducida en un preservativo o incluso en dedos de guantes de látex que han sido cortados y que luego se cubren con un plástico que sometido a calor sirve como sellado del huevo o cápsula. Hasta el destino final del viaje, la mula sólo puede tomar agua o un líquido que no contenga ningún ácido que provoque que los jugos gástricos acaben rompiendo la cápsula.
Una vez ingeridas, las cápsulas pasan por el tubo digestivo hasta el intestino grueso donde quedan depositadas. Los narcos colombianos suelen preparar a sus mulas haciéndoles tragar trozos grandes de zanahorias o uvas gigantes, con aceite, para acostumbrar el esófago y evitar vómitos.
Una vez ingerida la droga, el camello deja de comer la noche antes, algo habitual en el proceso, para evitar el riesgo de liberar encimas digestivas que ataquen el envoltorio de la droga y lo rompan.
En caso de que el correo hubiese sido detenido a su llegada al Isla, la pena que podía caerle variaba de cuatro a doce años dependiendo de la cantidad y el grado de pureza.
