– El temor a la crisis invade las urnas.
La economía será protagonista en las elecciones de marzo. Los movimientos tácticos del PP y del PSOE así lo han demostrado. Primero movió ficha el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien insistió varias veces a Pedro Solbes, como éste mismo reveló, para que repitiera como ministro de Economía.
Y ahora ha tocado el turno al líder popular, Mariano Rajoy, que ha mostrado su intención de dejar la economía en manos de quien bien conoce: Manuel Pizarro, que ya fue nombrado presidente de Endesa con el Ejecutivo de José María Aznar, cuando Rodrigo Rato era vicepresidente Económico.
Y es que la economía preocupa a ambos partidos cada día más. Por mucho optimismo que muestren de puertas hacia fuera, Zapatero es consciente de que las cifras se le han dado la vuelta. El indicador adelantado de evolución de la actividad que maneja el Ministerio de Economía muestra ya una clara desaceleración mucho más temprana de lo que desea el Gobierno, de forma que el PIB se ralentizaría hasta tasas del 3,1% desde mediados de año, y no en la recta final del ejercicio.
La economía no perdona en tiempos de campaña electoral y ya son muchos los datos que se han dado la vuelta en los últimos meses.
Un rápido repaso muestra que 2007 cerró con el mayor número de parados en cinco años; que la inflación, en tasa interanual, se ha elevado hasta el 4,3%, la tasa más elevada en más de una década; la producción industrial –clave para anticipar el futuro de la inversión– ha registrado la primera caída desde 2005; y, como colofón, la confianza ha registrado mínimos históricos, echando por tierra las perspectivas de las familias para los próximos meses.
La caída del optimismo económico de los españoles que reflejan las encuestas no es un dato baladí. Máxime porque, según los expertos, la economía ocupa un puesto determinante a la hora de decidir el voto. En concreto, es la tercera variable que introducen los votantes cuando eligen la papeleta de uno y otro partido. Se sitúa por detrás del recuerdo de voto y de la ideología, pero según el profesor de Economía de la Universidad de Granada, José Luis Sáez Lozano, la economía es una variable que incorporan, sobre todo, los votantes de centro, que son los más codiciados por PSOE y PP, ya que son los que inclinan la balanza.
En este contexto de pesimismo económico, ¿qué pensará el bolsillo del votante cuando vaya a las urnas? Las hipotecas se han encarecido una media de 75 euros al mes, poniendo la puntilla al gasto extra de más de mil euros que deberán afrontar los españoles por el alza del precio de la vida, la escalada de los alimentos frescos o los récord de los carburantes, que ya han superado la barrera psicológica de los 100 dólares por barril. El bolsillo se vacía y las urnas no se llenan con promesas que no le ayuden.
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