Expertos andaluces participan en una red nacional para estudiar la distribución de terremotos en la Península
Un grupo de investigadores andaluces de las universidades de Granada, Granada, Jaén, Cádiz y Pablo de Olavide, junto con el Real Observatorio de la Armada, se encuentran desarrollando un proyecto nacional, compuesto por 140 científicos, con el objetivo de estudiar la distribución de los terremotos en la Península Ibérica.
En una nota, Andalucía Innova explicó que el terremoto de 5,3 grados de magnitud en la escala abierta de Richter producido hoy y que se sintió en Huelva y Sevilla ya ha sido registrado por las estaciones sísmicas integradas en el proyecto \’Topo-Iberia\’. Así, indicó que se trata de una investigación nacional con el objetivo de obtener información sobre movimientos de la superficie terrestre y la distribución de la sismicidad en la Península Ibérica y el Norte de Marruecos.
Para ello, este proyecto del programa \’Consolider\’ del Ministerio de Ciencia e Innovación, se ocupará del despliegue y funcionamiento de la red sísmica y de GPS en Andalucía, así como de la adquisición de datos geológicos de diverso tipo, que permitan evaluar la actividad tectónica más reciente y la actual en la Cordillera Bética y su entorno, como en el caso del terremoto de la pasada madrugada.
En concreto, las estaciones sísmicas estudiarán qué ocurre en la corteza terrestre a nivel profundo, mientras que los GPS miden movimientos superficiales. El proyecto distribuyó cuarenta estaciones sísmicas por todo el territorio español, que se irán desplazando de Sur a Norte.
Además, los investigadores han buscado 26 ubicaciones permanentes para estaciones de GPS, con las que se persigue analizar el movimiento de la superficie terrestre, es decir, la elevación, o en su caso, el hundimiento y movimiento lateral, que puedan sufrir los puntos del terreno seleccionados. «Este desplazamiento es previsiblemente lento, del orden de un milímetro o menos por año, con lo que los efectos se observarán sólo a largo plazo», añadió.
El proyecto contempla 26 estaciones permanentes de este tipo, de las cuales nueve se ubican en Andalucía. Así, en Granada, se ha instalado una en Sierra Nevada y otra en la Sierra de Los Guájares, cerca de la costa.
En este contexto, el equipo de Geodesia está integrado por investigadores de la Universidad de Jaén y del Real Observatorio de la Armada de San Fernando, que se encargan de controlar la red de GPS. Por su parte, los investigadores de las universidades de Granada, Pablo de Olavide y Cádiz se ocupan de la adquisición de todo tipo de datos geológicos, de la realización de los perfiles magneto-telúricos y todo lo relativo a sismicidad (despliegue de estaciones sísmicas y adquisición de datos).
De este modo, se han diferenciado tres zonas de actuación: el sistema Piranaico-Cantábrico al norte, el área central y el sistema bético-rifeño al sur, que es el objeto de estudio de los investigadores andaluces. «Constituye el sector más activo de España, como muestra su sismicidad, tanto en el número de terremotos como en la magnitud de éstos», explicó el responsable del proyecto en la Universidad de Granada, Antonio Azor.
«Es importante saber a qué velocidad están ocurriendo estos cambios, ya que eso nos da una idea del proceso de transformación geológica que está sufriendo la Península», matizó el investigador.
Los datos recogidos durante los cinco años que durará el proyecto quedarán almacenados en una base de datos, lo que supondrá una fuente esencial para conocer mejor el comportamiento sísmico, reológico y geológico de la corteza en el Sur de la Península.
Hasta ahora, los investigadores han demostrado que los terremotos en la Cordillera Bética ocurren de forma continua y son de pequeña magnitud, aunque «es difícil localizar las fallas que los producen». Asimismo, explicó que Andalucía cuenta con unas peculiaridades que la convierten un área «sensible» a los terremotos.
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