Antropólogo de Universidad de Granada reconoce que se podrá reconstruir la cara de la momia del infante Don Sancho
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El cuerpo apareció en el Convento de Santo Domingo el Real de Toledo y está datado en 1370
TOLEDO, 21 Dic. (EUROPA PRESS)
El director del Laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Granada, Miguel Botella, presentó hoy la investigación científica sobre la momia del Infante don Sancho de Castilla, hallada en el Convento Santo Domingo el Real de Toledo, y reconoció que se podrá reconstruir la cara del niño fallecido en el año 1370, a partir de una técnica de escáner de superficie.
En rueda de prensa, Botella reconoció que la momia presenta una buena conservación y explicó que es un varón, dada su robustez y su mandíbula, y que puede tener alrededor de siete años, al analizar su dentadura.
Esta actuación permitirá redondear la investigación mediante el escáner de superficie, una metodología de visión tridimensional, que explicará cuáles son las características de la muerte y la sociedad que rodeó al infante don Sancho en el siglo XIV.
TRES ROPAJES Y UNA HEBILLA DE PLATA.
Señaló que el varón, que es el hijo de Pedro I El cruel y Teresa de Ayala, fue hallado con tres ropajes, uno de seda y otros dos hábitos de la orden dominical y con una hebilla de plata del siglo XVIII, que no fueron los vestidos usados para su enterramiento, ya que dijo que se cambiaron en el siglo XVIII por su deterioro.
Botella subrayó que Sancho fue amortajado en menos de 24 horas en una fortaleza de Toro (Zamora), donde, según las investigaciones, murió abandonado desde donde lo meten en algún lugar, donde se deshidrata, hasta su traslado al Convento de Santo Domingo el Real.
Reconoció que gracias a las técnicas actuales se va a poder reconstruir la cara del niño, que en su zona externa está esqueletizada por momentos de humedad y otra interna muy bien conservada, con presencia de pelo, que es rubio, normal en todas las momias, por la descomposición de pigmentos.
RIGOR CALAVí‰RICO.
El también coordinador de la investigación sobre la momia del Infante Don Sancho de Castilla dijo que sólo tiene una mano izquierda, la cual está crispada, que demuestra que no murió acompañado, no estaban con él, pues tenía rigor calavérico y se quedó con la mano crispada.
Botella valoró la colaboración de los profesionales del Hospital Clínico de Barcelona, de la Comisaría de la Policía Científica de Madrid, de la Universidad de Granada y Alcalá de Henares y del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha que han trabajado en la investigación científica
Así, la Policía Científica hizo el estudio de la fauna calavérica, donde se presenció huevos de insecto en la momia, que demostró que fue enterrado en 24 horas, donde se deshidrató, con la previsión de que fuera en periodo veraniego.
Además, dijo que en el Hospital Clínico de Barcelona se preservó el estado de la momia con la última tecnología y se hicieron endoscopias y análisis. Mientras, profesionales del SESCAM estudiaron la morfología del esqueleto y descubrieron que no había traumatismos ni carencias nutricionales.
SIN TOCAR LA CABEZA.
Asimismo, Botella destacó que los estudios en visión tridimensional permitirá la impresión de documentos sin tocar la cabeza del esqueleto y dijo que estos se analizarán en la Universidad de Granada y en Estados Unidos.
Por su parte, el delegado de Cultura en Toledo, Jesús Nicolás, reconoció que la coordinadora del proyecto en el Convento Sor María Jesús Galán, transmitió por internet el hallazgo de una momia durante las obras de restauración del retablo del Convento de Santo Domingo el Real en Toledo.
Así, destacó que actualmente se actúa en diez proyectos de investigación arqueológica en la provincia de Toledo con una montante de 67.200 euros y 320.000 euros en Castilla-La Mancha y anunció que en 2007 este presupuesto será mayor.
Por su parte, Sor María Jesús Galán explicó que el Convento alberga los cadáveres de los tres hijos de Pedro I y Teresa de Ayala, Sancho, Diego y María de Castilla; dos hijos de Diego, y una bisnieta de los reyes de Castilla.
Finalmente, la priora Sor María Teresa Fernández indicó que la momia se halló durante la restauración del retablo y reconoció el cariño que las monjas de clausura tenían al principito, a Sanchito cuando apareció en el recinto.
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