Inicio / Historico

Expertos españoles creen necesario que el G20 debata sobre la supervisión y regulación del sistema financiero

Expertos españoles creen necesario que el G20 debata sobre la supervisión y regulación del sistema financiero

El próximo 15 de noviembre el G20, es decir, los representantes del G7 y un grupo selecto de países emergentes, intentará dar con la medicina adecuada que saque de la UVI a las enfermas economías mundiales, que se encuentran al borde de la recesión. Así, los expertos españoles consultados por FINANCIERO DIGITAL señalan que es necesario que en primer lugar realicen un «diagnóstico real» del problema y añaden, que en un segundo bloque, deberían reflexionar en torno a la supervisión y regulación del sistema financiero mundial, origen de la neumonía que sufren las economías. Por último, los expertos que se generará un debate ideológico en torno a lo que algunos han señalado como la \’refundación del capitalismo\’. No obstante, hay quien cree que de esta cumbre poco se puede esperar, sólo que los líderes «no hagan ni digan tonterias».

JRRM/Jone Lizarazu

Madrid

Desde que en julio del 2007 se desatase la crisis \’subprime\’, las economías mundiales no levantan cabeza ya que una crisis que un principio comenzó siendo únicamente financiera, comienza a pasar factura a las economías reales, incluso a las emergentes, y las bolsas vagan sin rumbo fijo y sin encontrar suelo.

Después de varias medidas que no surtieron efecto alguno, parece demostrado que la medicina para la enfermedad que sufren las economías está no en medidas tomadas al libre albedrío, sino en ayudas coordinadas entre diversos países, tal y como lo ha demostrado la acción conjunta de los bancos centrales.

Así, y con las esperanzas puestas en encontrar justo la medicina que curará a las economías de la gran neumonía que sufren, los principales dirigentes de los países industriales así como las grandes economías emergentes se darán cita el próximo 15 de noviembre en Washington para debatir en torno a un reflote del sistema financiero internacional. Precisamente, de esa reunión podrían salir los principios de las reformas necesarias para afrontar la crisis actual, la peor tras el crack de 1929, según anunció la portavoz del presidente de EEUU, George W. Bush, Dana Perino el pasado 23 de octubre.

Es cierto que posiblemente las lecciones no permitirán evitar todas las crisis venideras, pero al menos disminuirá su onda expansiva ya que es precisamente lo que no se hizo en el pasado. Esta tempestad que ahora asola las economías ha estado predecida por borrascas que anunciaban los riesgos de un sistema financiero desregulado. En este sentido, y a modo de ejemplo, en 1998 la quiebra de LTCM (uno de los hedfe funds más importantes) hizo temblar Wall Street y puso en evidencia la necesidad de regular instituciones de este tipo. Este fondo especulativo había jugado veinticuatro veces su capacidad por lo que la Reserva Federal tuvo que acometer catorce intervenciones hasta inyectar 3,75 millones de dólares para reflotar y recapitalizar progresivamente sus posiciones y bajó tres veces sus tipos de interés.

Pero los dirigentes de los organismos internacionales encargados de mantener el equilibrio económico parecieron hacer caso omiso de los avisos que dio el mercado y finalmente las economías han contraído una fuerte neumonía. Una enfermedad que pretenden intentar curar en la próxima cumbre del G-20.

Estos países se enfrentan ahora a una difícil tarea porque algunos expertos apuntan de que la Cumbre tiene la responsabilidad de refundar el capitalismo. Lo cierto es que los reunidos tendrán que buscar una alternativa a la actual economía liberal.

Precisamente para poner fin a las burbujas que, de manera reiterada destruyen la economía real, el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Khan, anunció ayer que en la cumbre propondrá un plan de nueva gobernanza mundial bautizado con el nombre de \’Estrategia de Regulación Glboal\’ que gira en torno a cinco ejes.

En primer lugar, preparar un nuevo préstamo para aliviar los problemas de liquidez a corto plazo, y en segundo término, aumentar los recursos propios del FMI, que pueden ser insuficientes para hacer frente a la amplitud de la crisis a medio plazo, tal y como plantea el primer ministro Gordon Brown.

La tercera idea es sacar las lecciones de las políticas económicas que han llevado a las reiteradas \’burbujas\’ que ha estallado y destruido la economía real, una misión que los 185 miembros del Fondo han encomendado al organismo hace unos días.

A continuación, habría que vigilar la puesta en marcha de nuevas regulaciones financieras elaboradas, en colaboración con el FMI, por el Foro de Estabilidad Financiera que agrupa a los grandes bancos centrales.

En quinto lugar, el plan contemplaría repensar un sistema mundial «más coherente, simple eficaz y coordinado». «Más allá de su rol de bombero y albañil, el FMI puede tener también durante un tiempo, un rol de arquitecto», resume Strauss-Kahn.

Supervisión y regulación de la banca

En España y dando una visión más global, los expertos coinciden en señalar que al tratarse de un problema global, la solución también tiene que ser global e inciden en la medidas necesarias para abordar la regulación y supervisión del sistema bancario, algo que consideran prioritario después de realizar un diagnóstico realista del problema. Asimismo, todos apuestan por incentivar el consumo interno y la inversión empresarial para sacar de nuevo a reflote las economías, que ha resultado gravemente dañadas.

En esta línea, el catedrático de Economía de la Universidad de Granada, Santiago Carbó, explicó que a su juicio, la cumbre, que «servirá para ratificar los planes y para pasar la crisis, girará en torno a dos bloques. En primer lugar, Carbó señaló que se hablará de «coordinación» después de que algunos bancos hayan «protestado» ante el mecanismo de ayudas ya que en algunos países ha sido, según explicó el catedrático, «mayor que en otros». Así, apuntó que se creará «un campo de juego equilibrado».

En segundo lugar, Carbó señaló que debatirán sobre los primeros pasos a seguir tras el rescato, cuyo núcleo será la regulación y supervisión del sistema financiero. Añadió, además, que se crearán «equipos de trabaja para desarrollar una nueva normativa para un mayor control de los riesgos» ya que el catedrático apuntó que el mercado «espera importantes avances» en dicha materia. «los mercados deben ponerse de acuerdo en unos sistemas eficaces y eficientes».

En cuanto a la intervención de los Estados, algo que parece ir en contra de la economía de corte liberal que proclama la menor intervención posible del Estado, Carbó apuntó que en torno al tema también habrá «un debate ideológico». En todo caso, afirmó que ha sido una intervención necesaria y justificada ya que de lo contrario las consecuencias hubieran sido «enormes».

Desde el Instituto de Empresa, el Experto en Economía de IE Business School, Rafael Pampillon, apuntó que la crisis financiera hay que atacarla por la parte de la transparencia, «algo que todavía está por desarrollar». En este sentido, señaló que esta tarea «debe ser asumida por el regulador, algo que hasta ahora no han hecho». Pampillón añadió que el fundamento de esta crisis está en el «alto riesgo que tienen los bancos a la hora de tomar operaciones con recursos ajenos» y en este sentido afirma que sería necesario «utilizar más capital, ya que sólo el 5% es capital propio».

En su opinión, el debate en la reunión del próximo 16 de noviembre «no sólo supone el rescate de los bancos, también el de las economías».

Así, el Experto en Economía de IE Business School afirmó que lo primero para que la economía se reanime es «ponerse de acuerdo con el diagnóstico» que en su opinión es la siguiente: «las empresas han pospuesto las decisiones de inversión y las familias han pospuesto sus decisión de consumo por lo que la economía se ha dirigido hacia una desaceleración».

Por tanto, a su juicio, es el «momento de aplicar políticas que sustituyan el consumo privado» a través de una «rebaja de impuestos y de tipos» aún más drástica así como aumentar el gasto público. No obstante, señaló que en cuanto a las intervenciones por parte del Estado que hay que tener cuidado «para no tener una deflación».

Por otra parte, y en cuanto al debate ideológico, señaló que «no saldrá un cambio de modelo» sino «un sistema capitalista con más medicina preventiva».

Desde el Instituto de Estudios Económicos, el responsable del Área de Finanzas Corporativas y Mercados, Manuel Colinas, señaló que en primer lugar los dirigentes que participarán en el encuentro deben reflexionar en torno a la situación económico-financiera a escala internacional. Hay que «analizar la validez del sistema financiero y sus puntos débiles» así como «aunar las posiciones en política monetaria» porque se ha demostrado que «el mercado es menos permeable cuando se realiza una acción conjunta».

Asimismo, Colinas afirmó que deben tratar el «crecimiento global ya que los ratios de crecimiento han ido descendiendo por el calentamiento». En este sentido, creyó necesario «verificar la posición de los países emergentes» y su influencia en el consumo así como a nivel financiero.

En este sentido, el experto del IEE apostó, además de inyecciones de liquidez, por el «área interno» en las que se podrían acometer medidas fiscales para incrementar así la demanda interna.

En cuanto a la intervención del Estado, Colinas apuntó que «el Estado tiene que tomar cartas en el asunto para que el mercado se aclimate» pero alertó sobre una excesiva intervención, que traería como consecuencia «que el mercado no se limpie y no se saque el jugo a las empresas.

El problema de armonizar intereses

Por su parte, el economista Luis de Velasco apuesta por una solución gloval puesto que el problema es así. No obstante, a su juicio los dirigentes se encontrarán con la dificultad de «armonizar intereses» aunque dada la dimensión del problema, «puede que sea más factible que hace años cuando se habló de la \’Nueva arquitectura financiera internacional\'».

Entre las posibles soluciones, Velasco consideró que deben ser «internas» comenzado por EEUU. En este sentido, Velasco afirma que en el núcleo de las soluciones está la regulación «como intento de poder compensatorio de la codicia de los \’banksters\'».

En segundo lugar, apostó por las organizaciones internacionales tales como el Fondo Monetario Internacional, «que hoy vuelve a sus días de gloria». «El disparatado crecimiento de la economía financiera, el fundamentalismo liberalizador en los movimientos de capital, la especulación galopante, todo debería ser frenado», añadió.

Mientras tanto, y a apenas 15 días para que se celebre la cumbre, Velasco es optista e invita al escepticismo. En este sentido, afirmó que «el pánico pasará, los costes de la crisis serán severos, especialmente para los más desprotegidos del mundo y los ciclos económicos seguirán ahí.

Así, nos cita a Naomi Klein ( autora un libro que Velasco recomienda, La doctrina del shock sobre lo que ella llama «el capitalismo del desastre»): «La ideología del » libre mercado» ha sido siempre esclava de los intereses del capital y aparece y desaparece en función de esos intereses. Durante los tiempos de bonanza, es útil predicar el laissez faire porque un gobierno ausente permite que las burbujas crezcan pero, cuando explotan, esa ideología es una molestia mientras el gran gobierno acude al rescate. Pero tranquilos: cuando los rescates han terminado, entonces vuelve triunfante esa ideología».

Así, Velasco cree que probablemente ahora pasará lo mismo: «asistiremos a unos remiendos y cuando la cosa se recupere ( que se recuperará), volverán los esenciales del sistema».

Poner orden

En opinión del economista Primo González, asegura que el G20 tiene la difícil tarea de «poner un poco de orden en un mundo tan desorganizado como global en lo económico, en el que los riesgos de crisis y perturbaciones han demostrado un enorme potencial destructivo, como estamos viendo estos días».

Asimismo, apunta a los responsables de los bancos centrales como los principales actores de la Cumbre, «en la medida en que la economía global de futuro deberá basarse en un sistema financiero mundial con una regulación bancario universal, coordinada y rigurosa, que evite el descalabro del sistema financiero».

Precisamente González señala que la base de la crisis está en «el fallo de los mecanismos de supervisión bancaria en EEUU y su masiva difusión por todo el mundo». Así, considera que «será, posiblemente, el núcleo central del debate y de las posibles propuestas». En este sentido, el experto apuesta por el modelo de Banco de España, un organismo que «tendrá mucho que decir, habida cuenta del éxito constatado y verificado de su política desde los años 80».

Para realizar esta tarea de supervisión, González explica que se necesita una autoridad, que «podría organizar en torno al FMI» aunque en su opinión con diferentes bases a las actuales. «Se necesita un FMI en la que EEUU ya no será la potencia dominante ni siquiera hegemónica», añade. Así, afirma que la UE debe tener «un papel decisivo en este diseño de la nueva arquitectura financiera mundial».

Finalmente, Primo González apunta que de la Cumbre debería salir «una idea de voluntad política clara de gobernar mejor la globalización y específicamente su vertiente financiera». A su juicio, «el mundo necesita con urgencia recuperar la confianza en las instituciones financieras y facilitar el tránsito lo más rápido posible desde la actual tutela estatal del sector financiera hacia un sector financiero competitivo, solvente y eficiente en el que la confianza tome el relevo al aval público.

En contra de la opinión optimista de estos expertos, el presidente de la Asociación de la Prensa, Fernando González Urbaneja, cree que la Cumbre «se celebra más para dar la apariencia que por disponer de una propuesta consistente». Así, añade que «parece que será una reunión de bases de las que luego saldrán propuestas para elaborar».

En esta línea, señala que lo que hay que esperar es que los líderes políticos «no digan ni hagan tonterías». «De la administración Bush no cabe esperar nada; Europa llega con teórica unidad en torno a Sarkozy y con Gordon Brown como especialista. Pero el formato no es como para que alumbre soluciones», matiza Urbaneja.

Así, afirma que en el caso de que salgan de ella formatos de coordinación que conduzcan a sistemas compartidos de supervisión de contabilidad y calificaciones, «ya será bastante».

«Quedará claro que los asiáticos tendrán que contar con más poder y presencia, que Europa tiene que unificar la voz y que EEUU ha perdido influencia, prestigio y poder».

En definitiva, «una reunión con más ruido que nueces».
Descargar