La gramática de la reconciliación (hoja de ruta)
Mario López Martínez llama gramática de la reconciliación a la hoja de ruta que debe cumplir la Comisión que, aclara, es un proceso que dura entre 20 y 30 años e implica responsabilidad compartida de toda la sociedad.
Según el español, llega cuando la sociedad ha superado la etapa de confusión que se presenta al comienzo del proceso de reconciliación, e implica, desde la comisión, hacer un discurso que tienda puentes y lleve a reflexionar y confiar.
Después de evaluar el proceso que han vivido 40 comisiones en el mundo (14 en África, 14 en América Latina, seis en Europa y seis en Asia), los expertos han establecido seis fases en las que la comisión investiga qé sucedió, cuándo sucedió y quiénes son las víctimas.
Las seis fases se convierten en el escenario en el que se da la oportunidad para que todos los actores concurran ante la sociedad públicamente, se facilite la catarsis y purificación colectiva, y se haga un proceso pedagógico y un juicio sicoanalítico.
Primera fase. Reconocimiento sociopolítico y moral de que ha habido víctimas y victimarios. Implica que afloren las voces silenciadas, que se reconozca el sufrimiento, se reconstruya la memoria histórica. Se trata de recordar y no olvidar qué pasó y a quiénes les pasó.
Segunda fase. Elaborar el catálogo de errores y horrores del conflicto. Es la etapa para cuantificar el daño, determinar qué sucedió, responsables directos e indirectos. En quiénes recayó la violencia, quiénes fueron los que más violaron los derechos. Es un proceso que permite identificar las estructuras del terror y sus memorias, generar propuestas políticas y económicas y elaborar los informes del ‘nunca más’.
Tercera fase. Del perdón, del reconocimiento y de las formas de justicia. Es la transición del miedo a la confianza. Requiere gestos. Que los que cometieron los actos de violencia hagan labor pedagógica de arrepentimiento. Debe haber declaraciones de las instituciones. Gestos públicos y simbólicos. No se debe renunciar a ninguna forma de justicia penal nacional o internacional, pero deben ser adaptadas a la realidad del conflicto.
Cuarta fase. Definir quiénes son los actores directos de la reconciliación pacífica. La sociedad en su conjunto, mediadores, facilitadores, intervinientes, las víctimas, las iglesias, los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales. Aquí se define cómo va a ser el proceso de reinserción, en un proceso evaluable y corregible. Lo importante no es compensar a los victimarios, sino apoyar a quienes los acogen. Y hacer evaluación y seguimiento a víctimas y victimarios.
Quinta fase. Plan general y planes específicos para la reconstrucción económica y sicológica que le permitan a la sociedad reinsertarse en la economía global. Se debe contar con donantes nacionales e internacionales, definir formas de reconstrucción económica y social. Invertir más recursos en educación y construcción para la paz, medio ambiente y otros.
Sexta fase. Modelo sociopolítico de convivencia y democracia. Aquí no valen modelos exportables. Es la etapa de cambios estructurales en la judicatura, de la reforma de las identidades del país.