Tumba de Colón en Sto. Domingo
Nieves Concostrina
Agencia EFE
4/17/2004
Marcial Castro, promotor y responsable del proyecto de identificación de tres miembros de la familia de Colón el descubridor, Diego (hermano) y Hernando (hijo), cuyos supuestos restos fueron exhumados en septiembre de 2002 y junio de 2003 en Sevilla, está convencido de que la tumba que guarda los auténticos restos de Cristóbal Colón es la de Santo Domingo, República Dominicana.
En pocos meses se sabrá el resultado definitivo de estas investigaciones, que podrán resolver una polémica histórica notable, relativa a la verdadera ubicación de los restos mortales del almirante que descubrió el Nuevo Continente para la Corona de Castilla.
En declaraciones al suplemento dominical español El Dominical, el historiador Marcial Castro y el biólogo Sergio Algarrada, basándose en estudios antropológicos anteriores a las exhumaciones, apuestan a que los escasos huesos que guarda el mausoleo de la catedral de Sevilla corresponden a Diego Colón, hijo del descubridor y II Almirante de las Indias, trasladado por error en 1795 de Santo Domingo a La Habana y, posteriormente, a Sevilla.
Castro puso en marcha todo el proyecto de identificación genética hace dos años, y a su empeño se unieron Sergio Algarrada y José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada.
Los análisis de ADN a los tres miembros de la familia Colón se están realizando en estos momentos en tres laboratorios: Granada, Estados Unidos con el FBI y el Instituto Max Plank, en Leipzig (Alemania).
Los restos que los españoles sacaron de Santo Domingo en 1795 con destino a La Habana les decepcionaron enormemente. Eran muy pocos fragmentos. Tan pocos, que hasta el polvo que había alrededor lo barrieron y lo echaron dentro. Aquello es lo que hoy tenemos en la catedral de Sevilla, y sobre eso no hay la más mínima duda, dijo Castro, que considera que la última palabra la dirán los resultados del ADN. Pero sus sospechas apuntan directamente a República Dominicana como única tumba de Cristóbal Colón.
¿Quién duerme, entonces, el sueño de los justos en el mausoleo de la catedral de Sevilla? El biólogo Sergio Algarrada cree que los análisis de ADN confirmarán que se trata de un varón de 44 a 46 años, de complexión grácil y sin enfermedades degenerativas. Un hombre que, lejos de ser marino, no tuvo a lo largo de su vida una actividad física reseñable. Es decir, Diego Colón, enterrado junto a su padre en Santo Domingo y traído por error a Sevilla.
Castro y Algarrada basan sus conclusiones en los estudios antropológicos realizados en 1959 a los restos de Colón por el doctor Charles W. Goff, de la Universidad de Yale, en Connecticut: Todos han pasado por alto este estudio antropológico, y sólo hace falta abrir la tumba de Santo Domingo para ratificar lo que ya se sabe. Aquel estudio dijo que pertenecían a un varón de complexión fuerte, que murió hacia los 60 años, de 175 centímetros de estatura y con una artritis deformante. Es decir, Cristóbal Colón.
Marcial Castro y Sergio Algarrada aseguran no sentirse cautivos de ninguna teoría nacionalista. De hecho, los dos investigadores sostienen que Cristóbal Colón es de origen genovés y rechazan teorías de historiadores que sitúan el nacimiento de Colón en Mallorca, Galicia o Castilla.
Los restos que guarda el Faro a Colón en República Dominicana se componen de trece fragmentos pequeños y 28 grandes. Los que hay en la catedral de Sevilla son muchos menos y muy deteriorados. En cuanto el Gobierno de República Dominicana autorice la exhumación de la osamenta de Colón que custodia en Santo Domingo, las dudas quedarán definitivamente despejadas.
Y si antes del 12 de octubre de este año los análisis de ADN han arrojado resultados concluyentes, probablemente ya no sea necesario depositar dos ramos de flores para un mismo difunto en dos tumbas distintas. El descubridor, según cree el director de la investigación, descansa en Santo Domingo, en la isla de La Española, primera tierra americana que pisó y última tierra en la que, según dejó dicho en su testamento, quiso descansar.