Cerveza y deporte, una controversia que divide a los que entienden
«Cualquier cifra de alcohol afecta significativamente tanto el rendimiento como la recuperación del deportista». Así de contundente se muestra el Dr. Pedro Manonelles, Secretario General de la Federación Española de Medicina del Deporte, al valorar los posibles efectos positivos del consumo moderado de alcohol, incluyendo la cerveza, en la vida de un deportista.
En los últimos meses, se han difundido algunas noticias en relación a supuestos beneficios del consumo de cerveza en la recuperación de un deportista, pero buena parte de la clase médica desconfía de estos preceptos.
«Pequeñas cantidades de alcohol (a partir de 0,2 gramos de alcohol por litro de sangre) tienen efecto sobre diversas funciones neuropsicológicas. La práctica deportiva precisa la total integridad de todos los sistemas orgánicos, por lo que cualquier cifra de alcohol afecta significativamente tanto el rendimiento como la recuperación del deportista», añade el Dr. Manonelles.
Igualmente, tampoco parece nada claro que el consumo de alcohol, aunque sea en cantidades de cerveza mínimas, tenga algún efecto beneficioso en la prevención de enfermedades cardiovasculares. «El alcohol es, después del tabaco, una de las principales causas individuales de mortalidad prevenible en España.
La clara relación entre diversos cánceres y el consumo de alcohol desaconseja totalmente cualquier consumo, tal y como afirman con rotundidad las prestigiosas organizaciones científicas como World Cancer Research Fund o American Institute for Cancer Research», explica Yolanda Sala, dietista y coordinadora de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN).
Por otro lado, el alcohol actúa como diurético lo cual puede propiciar un cuadro de deshidratación durante la práctica deportiva, y debido a que su ingesta incrementa la pérdida de líquidos, también se produce una pérdida mayor de vitaminas y minerales esenciales para el adecuado desempeño deportivo como el potasio, magnesio, fósforo y calcio.
Alcohol y deporte
Para el Secretario General de la Federación Española de Medicina del Deporte, «el consumo de alcohol, también si éste se encuentra en la cerveza, tiene muchos efectos nocivos». Entre los efectos nocivos se encuentra la deshidratación.
Además, el etanol se absorbe rápidamente en el organismo y obstaculiza el metabolismo de otros nutrientes al mismo tiempo que genera un efecto inhibitorio en la oxidación de las grasas, por lo cual, puede ocasionar un incremento de peso corporal indeseado a expensas de grasa.
Entre otros de sus efectos negativos sobre el metabolismo, podemos decir que el etanol aumenta la degradación de proteínas, lo cual por supuesto perjudica la masa magra de nuestro organismo.
Por éstas y otras razones, el Dr. Manonelles no aconseja el consumo de cerveza dentro de la dieta de un deportista. «No se ha demostrado que el uso de la cerveza, especialmente por lo que supone su contenido alcohólico, tenga un efecto significativo sobre la mejora de la salud.
Voces a favor de la cerveza
El Semanal Digital publicó la reunión de especialistas en medicina y nutrición que se celebró en Madrid en el marco del III Simposio Internacional de la Cerveza-5th European Beer and Health Symposium, inaugurado por Elena Espinosa, Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, para analizar las últimas investigaciones científicas sobre el consumo moderado de esta bebida.
El Prof. Manuel Díaz-Rubio, jefe de Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico de Madrid y vicepresidente de la Real Academia de medicina, destacó:
«Es fundamental transmitir a la población que el consumo de cerveza, la bebida fermentada de menor graduación (4-5º), debe ser responsable, moderado (no debe superar los 30g/día para los varones, tres cañas de cerveza y los 20g/día para las mujeres, dos cañas de cerveza) y en el marco de una dieta equilibrada».
Por su parte, el Dr. Ramón Estruch, del Servicio de Medicina Interna, del Hospital Clínic de Barcelona, y director del Estudio PREDIMED (estudio que analiza la eficacia de la Dieta Mediterránea en la prevención de la enfermedad cardiovascular) comentó que «existen datos que indican que no todas las bebidas con contenido alcohólico son iguales. Las bebidas fermentadas de baja graduación (cerveza, vino y sidra), ricas en polifenoles, tienen un efecto protector adicional frente a enfermedades cardiovasculares que las bebidas pobres en estos compuestos como las destiladas de mayor graduación».
Cerveza y cáncer
La Dra. Adriana Albini, presidenta de la Sociedad Italiana de Investigación del Cáncer, comentó que recientes trabajos científicos confirman que el xanthohumol, uno de los flavonoides presentes en la cerveza, podría ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer.
En este sentido, la Dra. Rosario Monteiro, del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oporto, ratificó que el xanthohumol posee un amplio espectro en los mecanismos que inhiben el inicio y la progresión de la carcinogénesis.
La Dra. Monteiro comentó los datos de una investigación en la que se valoraba el comportamiento de tres compuestos fenólicos (el xanthohumol de la cerveza, el galato de epigalocatequina del té y el resveratrol del vino tinto) en el control del crecimiento celular en el cáncer de mama, y donde se confirmaba que el xanthohumol encontrado en la cerveza fue el polifenol que más redujo las células cancerígenas en este tipo de cáncer, mostrando sus efectos más rápidamente en concentraciones más bajas.
Cerveza y deporte
El Prof. Manuel Castillo-Garzón, catedrático de Fisiología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, presentó las conclusiones de una investigación sobre la idoneidad la cerveza en la recuperación del metabolismo de los deportistas tras realizar ejercicio físico.
Según el Dr. Castillo-Garzón, el consumo moderado de cerveza tras realizar un esfuerzo físico en condiciones de elevada temperatura ambiental y abundante transpiración, permite recuperar las pérdidas hídricas en la misma medida que el agua.
Por tanto, la cerveza debido a su composición, las propiedades de sus ingredientes, sus características organolépticas y su bajo contenido alcohólico (4-5º), tomada en cantidades moderadas, puede ser beneficiosa y favorecedora de una efectiva rehidratación y podría incluirse en la dieta equilibrada de los deportistas.
El médico especialista en fisiología del ejercicio y ex jugador de baloncesto del Real Madrid, el Dr. Juan Antonio Corbalán, explicó que su alto contenido en agua y el equilibrio de sus componentes (hidratos de carbono, bajo contenido en sodio y ausencia de grasas) «hacen de la cerveza una bebida con un gran poder refrescante, de bajo contenido calórico, sobre todo si se eligen las más bajas en alcohol».
Según Corbalán, «la acción antioxidante derivada de su contenido en polifenoles la hace especialmente interesante para los deportistas tomada de forma moderada y, por otro lado, es un aporte importante de complejo vitamínico B, que unido a todo lo anterior puede incidir en un control adecuado de los márgenes de cardiosaludabilidad».
Estudios recientes
Según un estudio realizado por el Jean Mayer US Department of Agriculture Human Nutrition Research Center on Aging de la Universidad de Tufts, Boston, publicado en el último número de American Journal of Clinical Nutrition: El consumo moderado de cerveza o vino mejora la densidad mineral ósea.
En resumen
Para algunos especialistas el uso de cerveza aún en cantidades moderadas: afecta significativamente tanto el rendimiento como la recuperación del deportista, no posee efecto beneficioso en la prevención de enfermedades cardiovasculares, no existe protección contra el cáncer y deshidrata.
Para otros especialistas, la cerveza recupera el metabolismo de los deportistas, es cardiosaludable, protectora contra algunos tipos de cáncer, hidratante, mejora la densidad mineral ósea y debe estar incluida en el marco de la Dieta Mediterránea.
La polémica está servida.
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