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Advierte catedrático sobre sexismo benévolo

En ocasiones, el sexismo se esconde detrás de conductas solidarias, amorosas o galantes, pero que generan condiciones de desigualdad de oportunidades

En ocasiones, el sexismo se esconde detrás de conductas solidarias, amorosas o galantes, pero que generan condiciones de desigualdad de oportunidades, de responsabilidades y de derechos para la mujer, sin que ella lo detecte.

Esto se debe a que la visión tradicional de la discriminación por género es incompleta, según Miguel Moya Morales, profesor del Departamento de Psicología Social de la Universidad de Granada, ya que además de la conducta hostil existe el “sexismo benévolo”.

“Se trata de una ideología para facilitar la subordinación de un grupo a otro, porque vale tanto una imagen positiva como una negativa para llegar a los mismos resultados”, señaló el investigador español.

Moya Morales participó con la conferencia magistral de la Cátedra Laboris 2011 del Departamento de Psicología de la Universidad de Monterrey, en el Teatro del Centro de la Comunidad.

Algunas investigaciones demuestran que el sexismo benévolo dificulta que muchas mujeres reconozcan una situación de discriminación contra ellas, incluso pese a su aparente iniciativa —como las madres que exigen justicia por sus hijos desaparecidos en México—, que en realidad enfatiza el rol tradicional de la mujer como encargada de los hijos.

“Al protestar sólo las madres, la pregunta es: ¿dónde están los padres?; en el fondo, lo que se puede estar reproduciendo es el rol de que quien cuida a los hijos es la madre y no el padre”, expuso el catedrático.

En cuanto a la violencia en contra de mujeres por parte de sus parejas, Moya Morales señaló que esta problemática social guarda el trasfondo de un “sexismo ambivalente”, porque evidencia no sólo discriminación hacia la mujer, sino la dependencia del hombre hacia ella.

“Esa ambivalencia se ve en las relaciones de pareja, al mismo tiempo que dice: ‘yo soy el hombre, soy el que manda’, tiene que aceptar que la necesita y depende de ella; depender de otro que considera inferior da ese juego entre la hostilidad unas veces y la benevolencia en otras”, manifestó.

En la conferencia, Moya Morales reveló que, de acuerdo a investigaciones, mientras más sexista es un país, es más fácil que las mujeres permitan el “sexismo benévolo”, como una medida de adaptación.

“El sexismo benévolo otorga una visión positiva de la mujer, pero al final la estima débil, considera a la mujer de forma estereotipada y limitada a ciertos roles tradicionales; ofrece una ‘recompensa’ por ajustarse a esos patrones”, detalló.

El ponente advirtió que este tipo de discriminación disfrazada puede impedir a la mujer tener determinadas conductas y cumplir sus expectativas, sin que sea percibido por ella como una conducta sexista.

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