El Ministerio de Educación solo dará este curso ayuda económica a los Erasmus que a su vez sean beneficiarios de una beca general (las destinadas a los alumnos con bajos recursos económicos). Cualquier estudiante podrá seguir optando al Erasmus (el prestigioso y exitoso programa de movilidad de estudiantes de educación superior entre los países europeos), pero si no es becario de esa ayuda general solo recibirá la parte que llega desde la Comisión Europea (una media 133 euros mensuales) y las que, en su caso, dé la comunidad autónoma (por ejemplo, 200 euros en Cataluña o 272 en Andalucía) y la universidad, pero no la del ministerio (el curso pasado, entre 100 y 120 euros mensuales). Más de 39.000 alumnos participaron en el programa en el curso 2011-2012 (últimos datos publicados). España es a la vez el país que más Erasmus envía a otros países y el que más recibe desde otros Estados.
Más allá del debate sobre la conveniencia o no de concentrar en este grupo las ayudas en tiempos de crisis –»El objetivo es garantizar que la aportación llegue a los estudiantes participantes en el programa comunitario de movilidad con más bajos ingresos», dice la orden del ministerio firmada el mismo día de la huelga general educativa, el 24 de octubre-, el resultado inmediato es que les han cambiado las reglas del juego a mitad de partido a miles de estudiantes que ya están actualmente de Erasmus o están a punto de viajar y que contaban con ese aporte ministerial.
La indignación entre los estudiantes no ha hecho más que crecer en las últimas horas en las redes sociales. Laura Zornoza, alumna de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, el sábado escribió una carta abierta en la web change.org llamando la atención sobre el recorte. Ya la han firmado 20.000 personas. «Se supone que son unas becas por méritos, no por condición económica. Yo tengo un siete y medio y no voy a ver un euro», se lamenta Laura que es «damnificada en el futuro». Tras las Navidades se irá a Hamburgo (Alemania). Con los 115 euros mensuales que le abonará la Unión Europea y los 150 que esperaba recibir del ministerio pretendía pagarse la residencia. Por suerte allí el transporte lo paga la universidad y su familia puede apoyarla económicamente. Pero no todo el mundo puede. «Tengo amigos que dentro de dos meses tenían que solicitar el Erasmus del año que viene y no van a hacerlo. Para nosotros es mucho dinero. Te trastoca los planes». La cuantía de la beca no se recibe mes a mes, sino en una o dos entregas, y los estudiantes, mientras tanto, adelantan el dinero. Los requisitos para obtener esta beca son el expediente académico, el nivel de conocimiento del idioma de estudio en el país de destino y el currículum vítae (y adicionalmente requisitos específicos que pueden fijar los centros, si es necesario).
Con «sorpresa» recibió el rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, los cambios introducidos por el ministerio en las becas Erasmus. Los responsables de esta universidad, que tiene 2.000 alumnos estudiando fuera gracias a este programa, se enteraron de los cambios la semana pasada. «Podían haberlo comunicado en junio o julio para que los alumnos supieran las condiciones con las que se marchaban», apunta González Lodeiro. «No entiendo que se haga una vez iniciado el curso, cuando los estudiantes se van en septiembre al extranjero». La Universidad de Granada es la que más Erasmus envía fuera cada año.
En este momento, González Lodeiro calcula que unos 1.000 alumnos de Granada están ya fuera estudiando. Y solo el 30% de ellos son beneficiarios de la beca general, con lo que el 70% restante se quedará sin los 100 euros mensuales que creían que iban a recibir del ministerio. Con todo, González Lodeiro resalta que la ayuda complementaria que tiene la Junta de Andalucía no se verá afectada.
La aportación del ministerio a las becas Erasmus ha caído un 71% desde 2011: de 67,2 millones a 18 millones en 2014, dos millones más, en todo caso, del dinero destinado a este programa este año 2013. Esto se suma a la desaparición de las becas Séneca que, nacidas hace 13 años, eran un programa de movilidad similar al Erasmus, pero dentro de España. Y más en general, se une al endurecimiento de los requisitos académicos para acceder a esas becas generales.