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Desalojo de los indignados de la Universidad de Granada

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía desalojaron ayer el edificio de la Universidad de Granada (UGR) que ocupaba un grupo de indignados desde el pasado sábado y que pretendían convertir en un «centro cívico abierto». Poco ha durado el diálogo que la institución y los representantes del Movimiento 15-M iniciaron el lunes. La UGR se escuda en que lo solicitó como medida cautelar a un juzgado tras conocer, el martes por la mañana, que habían introducido material de obra. Los ocupantes sostienen que no lo iban a utilizar.
Poco antes de las 08.00, el dispositivo policial entró en el edificio, vacío uso desde hace siete años tras las idas y venidas del proyecto. Pacíficamente los ocupantes recogieron las cosas que les dio tiempo y salieron. En total, fueron identificadas 11 personas. Tras salir del inmueble, que la Universidad tiene previsto destinar a biblioteca de la Facultad de Derecho, los indignados se trasladaron al Rectorado.
Al principio pudieron entrar, pero a medida que avanzaba la mañana se negó su paso al Hospital Real. Finalmente, se reunieron con representantes de la UGR que les explicaron la decisión adoptada por considerar que el 15-M utilizó una «medida de presión» que no había sido acordada en la reunión previa. Los indignados reclaman que se retome el diálogo y que se les ceda un espacio del «amplio patrimonio inmobiliario» que no está siendo utilizado. Para hacer presión, anoche decidieron emprender un encierro en el Rectorado con la participación de unas 60 personas.
En el desalojo, mantienen, fue la policía la que dañó la puerta del edificio, cuya cerradura el 15-M había cambiado previamente pero sin alterar el estado, según explicaron ayer en la asamblea del mediodía que pudieron celebrar finalmente en el Rectorado. La puerta del edificio, que fue sede de la Real Sociedad de Amigos del País y data de finales del siglo XVIII, fue «dañada» por la policía, mantienen los ocupantes, quienes censuraron la actuación de la UGR por «no proteger» el edificio

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía desalojaron ayer el edificio de la Universidad de Granada (UGR) que ocupaba un grupo de indignados desde el pasado sábado y que pretendían convertir en un «centro cívico abierto». Poco ha durado el diálogo que la institución y los representantes del Movimiento 15-M iniciaron el lunes. La UGR se escuda en que lo solicitó como medida cautelar a un juzgado tras conocer, el martes por la mañana, que habían introducido material de obra. Los ocupantes sostienen que no lo iban a utilizar.
Poco antes de las 08.00, el dispositivo policial entró en el edificio, vacío uso desde hace siete años tras las idas y venidas del proyecto. Pacíficamente los ocupantes recogieron las cosas que les dio tiempo y salieron. En total, fueron identificadas 11 personas. Tras salir del inmueble, que la Universidad tiene previsto destinar a biblioteca de la Facultad de Derecho, los indignados se trasladaron al Rectorado.
Al principio pudieron entrar, pero a medida que avanzaba la mañana se negó su paso al Hospital Real. Finalmente, se reunieron con representantes de la UGR que les explicaron la decisión adoptada por considerar que el 15-M utilizó una «medida de presión» que no había sido acordada en la reunión previa. Los indignados reclaman que se retome el diálogo y que se les ceda un espacio del «amplio patrimonio inmobiliario» que no está siendo utilizado. Para hacer presión, anoche decidieron emprender un encierro en el Rectorado con la participación de unas 60 personas.
En el desalojo, mantienen, fue la policía la que dañó la puerta del edificio, cuya cerradura el 15-M había cambiado previamente pero sin alterar el estado, según explicaron ayer en la asamblea del mediodía que pudieron celebrar finalmente en el Rectorado. La puerta del edificio, que fue sede de la Real Sociedad de Amigos del País y data de finales del siglo XVIII, fue «dañada» por la policía, mantienen los ocupantes, quienes censuraron la actuación de la UGR por «no proteger» el edificio
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