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«Los huesos de Colón fueron ‘descarnados’ en Valladolid»

MIGUEL BOTELLA ANTROPÓLOGO Y AUTOR DEL ESTUDIO DE LOS RESTOS DEL DESCUBRIDOR
«Los huesos de Colón fueron descarnados en Valladolid»
Ha dirigido el análisis, con un nuevo láser, de los 150 gramos de restos del Almirante depositados en Sevilla
A. C./VALLADOLID

El antropólogo físico Miguel Botella. / EL NORTE

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Tres años de trabajo con nueva metodología láser han permitido sacar toda la información que guardan los 150 gramos de huesos, de tamaño minúsculo, de Cristóbal Colón depositados en la Catedral de Sevilla. Su autor, el antropólogo físico de la Universidad de Granada Miguel Botella, se muestra tan cauto como cansado de las especulaciones sobre los restos del Almirante. «¿Pobre Colón. Si hubiera adivinado lo que se dice y hace con él, se habría asustado!», advirtió ayer el director del Instituto Interuniversitario de Iberoamérica, César Hernández. Miguel Botella, también harto del oportunismo colombino, participa hoy en la segunda jornada del Congreso sobre Colón que ayer se inauguró en el Museo de la Ciencia de Valladolid.

-¿De qué restos óseos se van a ofrecer detalles en este congreso?

-Hemos terminado el estudio de los huesos de Colón que están en la Catedral de Sevilla. También los de su hijo Hernando, que están en el mismo lugar, y los del hermano, Diego, de la Cartuja de Santa María de las Cuevas (Sevilla).

-¿Y qué datos van a exponer?

-Vamos a aportar el resultado de estos estudios. Si la gente piensa que le vamos a añadir a la rueda de Colón una nueva vuelta se equivoca. Solo hemos analizado las características físicas de aquella persona y cuáles podrían ser, por los huesos, sus relaciones de parentesco. El estudio del ADN le corresponde a otro equipo.

-¿Cómo era la morfología de Colón?

-Hay que tener en cuenta lo poco que hemos tenido. Algo más de 150 gramos de huesos y, además, muy fragmentados. Los huesos corresponden a un varón de entre 50 y 70 años, de una complexión y robustez medianas. Y, por los fragmentos que tenemos, podemos asegurar, sin ninguna duda, que fueron descarnados. Colón murió aquí en 1506 pero, tres años después, lo exhumaron y lo llevaron a Sevilla. La costumbre de la época era limpiar los huesos para trasladarlos. Estos huesos tienen las marcas de haberles realizado esa maniobra, lo que abona la certeza de que son suyos.

-¿Y sobre sus familiares?

-Sobre Diego Colón sí podemos saber que no fue al cuarto viaje porque estaba ya muy enfermo e impedido. Nosotros hemos visto que la mano derecha la tenía totalmente anquilosada así como graves problemas en la columna. Hernando, que fue el intelectual humanista más importante de la primera mitad del siglo XVI, no tenía esos problemas.

-Los restos de Colón podrían estar divididos entre Sevilla y Santo Domingo (República Dominicana). ¿No sería necesario juntarlos para ampliar las investigaciones?

-Lo que sería necesario es poder estudiar estos restos. Nosotros hemos empleado un nuevo láser que tiene una precisión de ocho milésimas de milímetro y toma fotografías en tres dimensiones. Nos permite ver el tamaño completo y las dimensiones de cada fragmento de hueso.

-¿Se podrá algún día recomponer su rostro como se ha hecho con otros personajes históricos?

-No podremos hacerlo porque no se conserva ni un solo fragmento de la cara de Colón. Y del cráneo se conserva solo uno de no más de dos centímetros. Es imposible. -¿De qué partes de su cuerpo son los restos óseos analizados?

-De todos. Pero eso va en contradicción con eso que se ha dicho de que la mitad está en Santo Domingo y la mitad aquí. No es así. Son restos de todo el esqueleto pero muy fragmentados.

Un cuerpo politizado

-¿Qué les faltaría para completar todo lo que se pueda saber sobre este personaje?

-Solo comparar con los restos de Santo Domingo. En este momento sería fundamental. La máquina láser nos permitiría unirlos, si son del mismo hueso, con los restos de Santo Domingo. Por eso es tan necesario compararlos. Para que eso sea posible, depende de la decisión del gobierno de la República Dominicana. Estamos esperando y supongo que al final se hará. Pero hay que decir que se han dicho tantas cosas, y tantas que no son ciertas, que merecería la pena aclararlas ya con este quinto centenario.

-¿Hasta qué punto la política, en su esfuerzo por españolizar o americanizar esos restos humanos, les ha dejado trabajar a los expertos?

-Nadie nos ha puesto la menor pega. Pero lo cierto es que, desde el inicio, los restos han estado muy politizados y controvertidos en cuanto a su adscripción.
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