José María Castillo abandona los jesuitas por «higiene mental»
La fama mundial del teólogo ha aumentado después de que fuera apartado de la docencia en 1988 La crítica oficial a la Teología de la Liberación y las restricciones para publicar le llevan a darse de baja
A. G. PARRA/GRANADA
El teólogo José María Castillo. / J. FERRERAS-EFE
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CURRÍCULUM
Nombre: José María Castillo.
Lugar y fecha de nacimiento: Puebla de Don Fadrique, Granada, 1929.
Profesión: Profesor de Teología en la Universidad de Granada hasta que fue apartado de la docencia hace 18 años. Escritor y ensayista. Ha dado conferencias por medio mundo, publica libros, organiza cursos y máster.
Situación en la Compañía de Jesús: Deja de ser jesuita (no tiene que cumplir votos de pobreza y castidad) y se convierte en un cura vago (canon 277), un sacerdote que no depende jurídicamente de ningún obispo.
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Apartado de la docencia desde hace 18 años en la Facultad de Teología de Granada, el teólogo José María Castillo (Puebla de Don Fadrique, Granada, 1929) ha solicitado su salida a los 78 años de edad de la Compañía de Jesus tras muchas críticas y descalificaciones hacia él. La reciente admonición a su compañero Jon Sobrino, la negativa a que publicase Espiritualidad para insatisfechos y las alusiones desde la emisora COPE, han sido las tres gotas que colmaron su vaso.
José María Castillo fue apartado de la docencia de la Facultad de Teología granadina hace casi ya dos décadas, pero su prestigio internacional no ha hecho más que crecer desde entonces y mantuvo su espacio en el centro universitario de Cartuja donde iba «a trabajar porque uso la magnífica biblioteca, que debería ser un orgullo para la ciudad de Granada». Ahora ya no irá. Ha solicitado su salida de la Compañía y se le ha concedido, según la comunicación que estos días enviará el provincial de la Bética a todos los jesuitas de la región andaluza.
No lo han echado ni nada de eso, él ha pedido dejar la Compañía de Jesús. Castillo, uno de los más importantes teólogos jesuitas, adscrito a la corriente de la Teología de la Liberación, deja de ser jesuita, según el canon 691. «No es una exclaustración ni una secularización, sino una petición de indulto, para que se le libere de los votos de pobreza y obediencia. Así, el teólogo se convierte jurídicamente en un cura vago, según el canon 277. Un sacerdote que no depende jurídicamente de ningún obispo, pero que sigue siendo cura, obligado, por tanto, al celibato».
Más apoyos
Todo esto se explica en el portal digital http://www.periodistadigital.com -el artículo está fechado el día 19 de mayo- y que el propio José María Castillo ratificó a través de sus allegados. El teólogo está estos días fuera de Granada. La solicitud y aprobación se conoce desde hace un par de días, es el tiempo además que en la Facultad de Teología dicen que ya no está en el centro.
En el citado portal de Internet su amigo y teólogo Luis Alemán agrega: «Vago, libre y maleante para algunos. Castillo quiere recuperar su libertad para poder respirar, porque se asfixiaba. No tanto en la Compañía cuanto en el clima actual de la Iglesia española, en la que se siente perseguido por los obispos y los grupos más conservadores».
En 1988, Castillo fue sancionado por Roma con la retirada de la venia docendi para poder dar clases en la Facultad de Teología de Granada. Pero su prestigio no hizo más que ir en aumento y fue reclamado continuamente desde el sector más abierto de la Iglesia. Ha publicado libros, intervenido en numerosas conferencias, organizado cursos y máster. Ha sido siempre muy batallador.
Precisamente, la próxima semana finaliza el curso Ética y sociedad civil, que organiza el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada y cuyo director es José María Castillo, el coordinador es Enrique Iglesias Hidalgo, director del Colegio Mayor Cardenal Cisneros. El pasado viernes intervino en este curso Leonardo Boff, uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, ex-franciscano y conocido escritor, filósofo y activista.
Así, Alemán explica en la noticia aparecida en el citado portal de Internet que Castillo «no se va rebotado contra la Compañía. Se va por higiene mental. Es un nuevo caso Boff. Como él, Castillo se ha visto tan presionado que ha decidido romper con todo por salvaguardar su libertad». Esta situación cobra aún más actualidad tras los discursos del Papa en su reciente visita pastoral a Brasil en los que acusó a esta corriente de la pérdida de fieles en Latinoamérica.
En esta línea, dice Alemán: «las tres gotas que hicieron desbordar su vaso fueron la reciente admonición vaticana a Jon Sobrino, la negativa jerárquica a que publicase Espiritualidad para insatisfechos en la editorial Sal Terrae de los jesuitas, así como las continuas descalificaciones que recibía desde La linterna de la Iglesia, el programa de información religiosa de la cadana COPE».
Lamentos
Acto seguido añaden que entre los jesuitas se siente bastante su marcha. «Sentimos que haya decidido separarse de la Compañía», dice la nota del provincial, según periodistadigital.com. Y la carta del rector de la Facultad de Teología de Granada -añaden en el citado medio- le recuerda que en ella «tendrá siempre las puertas abiertas». En la última entrevista realizada al jesuita José María Castillo, que se ha mostrado muchas veces crítico sobre muchos aspectos de la Iglesia, dijo de ésta: «A la que le tengo un profundo afecto y la prueba es que sigo en ella y la sigo defendiendo». En aquella entrevista también defendió que en la Facultad de Teología de Granada «no se enseñan doctrinas que perviertan a los futuros sacerdotes». José María Castillo ha sido reclamado en medio mundo -quizás más- para que impartiera conferencias sobre temas sociales. Es uno de esos religiosos a los que la pobreza le «indigna». Ha sido rechazado por la Congregación para la Doctrina de la Fe.