«Es la primera vez que venimos. Como está tan cerca… Y en tanto tiempo al pasar por al lado, pero nunca nos animábamos». José Manuel y Carmen son una pareja de Vegas del Genil, un pueblo del área metropolitana de Granada. Esperan protegiéndose las manos del sol, en pleno patio del parque, aguardando a sus amigos. «Nuestros niños han venido, con el colegio, y nos decían que estaba muy bien. Pero nosotros, nunca hasta hoy».
El Parque de las Ciencias de Granada, el museo más visitado de Andalucía <(b>con 60.000 personas anuales, celebra el 12 de mayo su 17 cumpleaños con un día de puertas abiertas que coincide con la Feria de la Ciencia, que trae carpas de institutos y colegios de toda la región, además de público de todas las edades que aprovecha la gratuidad para disfrutar de experimentos en directo. Más de 8.000 personas, año tras año, aprovechan el día gratuito.
Uno de los centros que participa en los expositores es el IES Castillo de Luna, de Rota, Cádiz. Ana y Nicole son dos alumnas de Primero de Bachillerato, con la misma edad que el Parque, que presentan uno de los estudios más originales: ‘Selestino Muti y el habla andaluza’. «Estábamos estudiando al botánico Celestino Mutis cuando vimos que él, a partir de como se pronunciaba el nombre de la planta Ceiba en diferentes puntos de Andalucía, analizó los distintos tipos de hablas andaluzas. Así que hacemos encuestas a la gente sin decirles para qué es y luego les explicamos qué modalidades del andaluz hablan, si sesean, cecean o usan yeísmos».
Los pequeños quieren hacerse fotos con el uniforme de piloto o un recortable mientras la Patrulla Acrobática de Helicópteros se asombra de su éxito
Entre los ‘stands’ con más éxito está el de la Patrulla Acrobática de Helicópteros de la base aérea de Armilla. Los pequeños quieren hacerse fotos con el uniforme de piloto o llevarse un recortable y los mayores preguntan por aspectos técnicos. Es el primer año que acuden, y ellos mismos se asombran del seguimiento. «Queríamos traer un helicóptero de verdad y ponerlo aquí», explica un piloto, señalando la explanada junto a la carpa, «pero la crisis es lo que tiene. Y vuelo de exhibición ni hablar, sobrevolar una zona urbana es peligroso».
Las exposiciones permanentes y temporales también están abiertas a cualquier que pueda pasar. En ‘Viaje al cuerpo humano’, los órganos plastinados son los que más miradas atrapan, sobre todo en la comparativa entre el tamaño del corazón humano y el de una ballena. En la muestra sobre el Tiranosaurio Rex, el realismo de los animatrónicos da escalofríos a los que son más viejos que el museo y tienen edad de haber visto de niños ‘Parque Jurásico’, y a los más pequeños los obliga a autoconvencerse de que son muñecos repitiéndoselo a sus padres sin permitirles que los suelten de la mano.
José Antonio es uno de los estudiantes de la Universidad de Granada, en su caso de Filología, que cada viernes ejerce como voluntario en el Parque. Esta semana le ha tocado cambiar de turno, y vigilar los cactus del Jardín Botánico. «No tengo que contestar muchas preguntas, si acaso evitar que los críos se pinchen. Aunque se nota que hay mucha más gente que en un día normal».
Han sido 17 años y cuatro ampliaciones a las que no les han faltado sus más y sus menos. Aparte del uso como centro de conferencias y congresos de todo tipo, incluidos de partidos y sindicatos, el Parque ha tenido tiempo de ser pelota en las polémicas entre Junta de Andalucía (PSOE) y Ayuntamiento de Granada (PP), además de tener que llevar a los juzgados si estaba obligado o no a pagar el IBI.
Por dar tiempo, el día del cumpleaños da tiempo de todo. Un trío musical del IES Galileo, el grupo AIKYO y, finalmente, la Charanga de Íllora y sus pasodobles, amenizan por sorpresa los paseos de las familias, muchas granadinas que es el único día al año que visitan en bloque el museo. Y el año que viene, edad para votar.