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Salamanca lidera en investigación las universidades de la región

Salamanca lidera en investigación las universidades de la región

La Universidad de Salamanca lidera las universidades públicas de la Comunidad autónoma, con el puesto 23, en una clasificación de 48 en un reciente estudio que «analiza la productividad científica en investigación de las universidades públicas españolas utilizando criterios acordes con la evaluación de la investigación en España».

El estudio, realizado por cinco profesores de la Universidad de Granada con financiación de la Dirección General de Universidades, está pendiente de su publicación en la revista \’Psicothema\’ aunque ya anticipó su contenido CAMPUS es consecuencia de una muestra de 1.341 profesores universitarios, de los cuales el 68% son profesores titulares de universidad y el 32% catedráticos de universidad. «La muestra es representativa con un nivel de confianza del 97%», según sus responsables.

Los criterios utilizados en el estudio han sido: Tesis doctorales, Proyectos de I+D, Becas de formación de profesorado universitario (FPU), Artículos en revistas incluidas en el \’Journal Citation Reports\’ (JCR), Tramos de investigación y Doctorados con Mención de Calidad.

El estudio ha sido realizado por cinco profesores de la Universidad de Granada con financiación de la Dirección General de Universidades

«Los criterios y los valores de cada criterio fueron establecidos por una muestra representativa a nivel nacional de los profesores funcionarios de universidad con investigación acreditada», según concluye el estudio saliendo al paso de críticas o discrepancias que este tipo de clasificaciones suele suscitar.

En el \’ranking\’ global la UVA es la que peor parada sale de las cuatro universidades públicas de la Comunidad autónoma: puesto 41. La de Burgos aparece en el lugar 36; en el 26 la de León y en el 23 la de Salamanca, que pese a su larga historia y carácter generalista, sólo es superada por la de León y Burgos en los apartados de tesis doctorales y doctorados de calidad, respectivamente (ver gráfico). Salamanca y León aprobarían con un 6 y 5, respectivamente, mientras que Burgos y Valladolid suspenderían con un 3 y un 2, si se establece una proprocionalidad de o a 10 entre las 48 universidades.

El \’farolillo rojo\’ de la UVA es consecuencia de ocupar el último lugar en los seis parámetros analizados en el estudio y que en el apartado \’Discusión y conclusiones\’ da una pista de las posibles causas del resultado final: «Este tipo de estudios permite a los responsables de la política científica de las universidades realizar un análisis sobre cómo la producción científica de unos muy profesores productivos queda difunminada por el promedio de la universidad, debido a la baja o nula producción de un porcentaje considerable de profesores».

Un destacado profesor e investigador de la UVA, cuya identidad prefirió no fuera desvelada, manifestó: «Hay pocos grupos potentes y mucha gente que curra poco o nada y al hacer medias, pues… Basta con echar un vistazo a \’La UVA en Cifras\’. Con nuestra visión ombligista sólo nos comparamos con nosotros mismos o como mucho a nivel regional».

«La UVA, añadió, no ha tenido una política que prime la investigación. El documento de plantillas no se aplica. La UVA se pierde en planes estratégicos preciosos pero poco efectivos. La administración de los proyectos sigue siendo como hace treinta años».

Por último, el profesor e investigador con una larga trayectoria en la UVA apuntó: «En las áreas tecnológicas, mucho personal de la UVA trabaja en Boecillo y no en la UVA. Industriales es un claro ejemplo».

Los cinco autores del estudio Gualberto Buela-Casal, María de la Paz Bermúdez, Juan Carlos Sierra, Raúl Quevedo-Blasco y Ángel Castro señalan: «La investigación no sólo aporta prestigio y relevancia académica a una universidad, sino que además es una de las principales vías de financiación, lo cual sin duda será cada vez más importante en el futuro de las universidades españolas. Quizá ya es el momento de tomar medidas por parte de los responsables de las universidades para especializar la dedicación a la docencia, a la investigación, a la gestión o a la transferencia del conocimiento. Se podría ajustar la dedicación del profesorado entre estas actividades, de tal manera que aquellos que dedican más tiempo a una actividad sean compensados con menor dedicación a otras. Al mismo tiempo sería conveniente crear complementos de excelencia docente, de gestión, de investigación y de transferencia de conocimientos».
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