Ruido
La Universidad española está convulsa y sobresaltada. Lo dicen las portadas de los periódicos, las fotonoticias y los debates televisivos. Sin embargo, mientras la ruidosa maquinaria de la protesta contra Bolonia sigue generando adeptos e incrementando el gasto en tila de los responsables universitarios, en los despachos se cuece una incesante actividad que podría tener más consecuencias para la Educación Superior española de los próximos años. Lástima que no quede tan bien en las pancartas como los lemas contra la mercantilización de los estudios.
Mientras repiquetean las cacerolas, los departamentos meten al horno sus nuevos títulos de Grado para el curso que viene, con el eterno ruido de sables y el tradicional tráfico de intereses por un quíteme allá esos créditos. Ya se comentaba en este mismo espacio, hace una semana, que los alumnos de Trabajo Social de la UNED andan revueltos y recogiendo adhesiones de otras universidades porque el rector le ha entregado a la Facultad de Derecho el diseño del nuevo Grado de su carrera, en el que ellos ni pincharán ni cortarán. La actualidad nos deja otro caso más. Los alumnos de Derecho de la Universidad de Santiago De Compostela están pensando en liarla parda porque su futuro plan de estudios concede más créditos y convierte en obligatoria a Derecho Romano, considerada el \’hueso\’ de la carrera.
Un tercer ejemplo. La Universidad de Granada va a tener que reagrupar algunas de sus filologías minoritarias con menor demanda para que no sean víctimas del límite de 20 alumnos de nuevo ingreso establecido por el Consejo Andaluz de Universidades. Italiano, hebreo, ruso, chino, portugués y lenguas eslavas se unen en Lenguas Modernas y sus Literaturas. ¡Qué curioso! Un invento similar provocó manifestaciones por toda España en 2005 y ahora pasa desapercibido. Mucho ruido y…
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