Las obras del metro de Granada se topan con restos arqueológicos desconocidos
Las obras del metro de Granada, a la altura de la zona universitaria del campus de Fuente Nueva, toparon la pasada semana con restos arqueológicos, al parecer de origen romano, cuya importancia aún se ignora pero que podrían paralizar los trabajos si Cultura valora que así es necesario. De momento, el Delegado provincial, Pedro Benzal, descartó que esta paralización vaya a producirse y remitió a los resultados del estudio que se realiza en estos momentos.
Desde hace una semana, los expertos valoran el posible cementerio romano, del cual expertos y autoridades ya han advertido que no se tiene constancia documental. Se da la circunstancia, además, de que la Universidad de Granada (UGR) ya ha realizado en el pasado varias obras en la zona sin que conste que apareciesen hallazgos de este tipo. Así lo hizo saber el rector, Francisco González Lodeiro, añadiendo que, en cualquier caso «no es de extrañar que en Granada aparezcan restos arqueológicos».
La delegación de Cultura ha informado de que arqueólogos y obreros trabajan actualmente al unísono y que de momento no hay más datos aparte del hallazgo en sí, ni siquiera la confirmación del origen romano. Benzal advirtió que si aparecen más restos «llevará algún tiempo», pero al mismo tiempo confió en que sea «un hallazgo casual» que no impida el normal desarrollo de las obras del metro.
Añadió que «estamos en la incertidumbre pero debemos hacer una llamada a la tranquilidad porque las obras continúan y nosotros queremos lo que sea mejor para Granada», lamentando que esta situación se haya dado en un tramo que ha originado polémica desde sus inicios, ya que diversos colectivos de la Universidad de Granada se han mostrado contrarios a que la infraestructura afecte a los paseíllos universitarios.
En concreto, la polémica universitaria se refiere al trazado, planificado en un primer momento en siete metros y que ya alcanza catorce, lo que molesta a colectivos de la UGR debido a que reduce el jardín del campus de Ciencias y acaba con numerosos árboles y rosales en una zona, los Paseillos Universitarios, «de las pocas verdes que le van quedando a Granada».
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