La edad media de las maltratadas que intentan suicidarse es 33 años
Un estudio de la Federación de Mujeres Progresistas concluye que las suicidas han pasado un tercio de su vida sufriendo violencia de género
RAFAEL J. ALVAREZ
MADRID. – A la edad de Cristo, de la muerte de Cristo, claro, encomiendan al más allá su espíritu y su cuerpo maltratados. Cuando deciden rebosar su garganta de pastillas o cortar por lo insano las venas de sus brazos tienen 33 años, la edad media de las mujeres víctimas de la violencia de género que se suicidan o se intentan suicidar en España. Y no es una ocurrencia por sorpresa. Es el final de unos 10 años de calvario psíquico y físico a manos de quien un día las quiso. O dijo que las quiso.
Son algunos de los números que ha obtenido Suicidio y violencia de género, el más potente foco de luz apuntado en España hacia las oscuridades de la muerte voluntaria entre las bajas del machismo.
El estudio está basado en una idea de Enriqueta Chicano, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, que lleva años sospechando de los finales de muchas víctimas que no salen en los periódicos. Así que, tras rascar en más de 140 publicaciones científicas y entrevistar a cientos de mujeres de cuatro comunidades autónomas que viven en casas de acogida o que son ayudadas por colectivos y por abogadas y psicólogas, tres expertos en la violencia de dominación con testosterona han completado una investigación muy en serio.
Miguel Lorente, médico y profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada; Cruz Sánchez de Lara, directora de la Asesoría Jurídica de la Federación de Mujeres Progresistas, y Covadonga Naredo, directora del Area de Violencia de Género de la misma federación, firman un trabajo que se presenta mañana con el apoyo de mujeres y hombres de la militancia antimachista patria.
El suicidio es uno de los silencios de la calle. Hay pocos datos públicos y mucho estupor privado alrededor de esa muerte en primera persona. El Instituto Nacional de Estadística calcula una tasa de suicidios en España referidos a hombres y mujeres de 2,1 por cada 100.000 habitantes. Pero el número circunscrito exclusivamente a mujeres es el doble: 4,1. El misterio es saber cuántas mujeres se suicidan por maltrato, un número casi imposible de obtener con rigor absoluto.
De momento, entre el aluvión de noticias que trae Suicidio y violencia de género, aparecen cosas como la edad de las suicidas en potencia. La media dice que las mujeres que intentan suicidarse tienen 33,8 años, que las que confiesan una ideación suicida tienen 36,3 y que las que no han hecho ni pensado nada de eso rozan los 38. O sea, la edad es más baja en quienes se acercan al suicidio que en quienes se alejan.
«Las posiciones tradicionales consideraban que el suicidio era consecuencia de una especie de agotamiento y que era más propio de mujeres en edad avanzada tras muchos años de relación violenta», introduce el estudio. Sin embargo, «la realidad refleja lo contrario, al presentar el suicidio como una situación de conflicto activo en el que la motivación parte más de un intento desesperado por librarse de la violencia que de una pérdida de las ganas de vivir».
¿Y cuánto tiempo de violencia soportan las suicidas? Las entrevistas personales que realizaron los autores reflejaron una cifra abrumadoramente similar: alrededor de 10 años, «un conflicto activo que se mantiene vivo por las propias características de la violencia y por la dinámica de las agresiones».
Si la edad media de las mujeres que deciden morir o intentarlo es de 33 años y llevan 10 soportando los malos tratos, las matemáticas arrojan que, como media, las mujeres que han pretendido suicidarse comienzan a ser maltratadas cuando cumplen 23 años. «Es decir, han pasado un tercio de su vida bajo una situación de violencia, en el seno de una pareja caractertizada por el control, el cuestionamiento de su identidad y el ataque posterior por medio de la violencia».
A los 23 años la vida adulta se está estrenando, un puñado de obligaciones que ya no se puede recuperar en los exámenes de septiembre ni en los secretos de la pandilla. Mujeres jóvenes que empiezan jóvenes a ser víctimas, «capacidad limitada para enfrentarse a la violencia», argumenta un estudio que propone como soluciones buscar ayuda profesional y denunciar al agresor. Un informe que investiga como ser mujer y morir en el intento.
Descargar