La financiación de la excelencia universitaria se diversifica este año. La convocatoria de Campus de Excelencia Internacional (CEI) de los ministerios de Educación y de Ciencia e Innovación se ha resuelto con menos dinero a repartir entre más.
Si el año pasado fueron 73 millones para cinco proyectos universitarios premiados, este año son 32 distribuidos en ocho.
La ratio de fondos concedidos a los otros proyectos en calidad de Campus de Excelencia Internacional de ámbito regional europeo (CEIR) también ha disminuido. El año pasado cuatro se repartieron 30 millones; en la actual convocatoria resuelta esta semana son 25 millones a repartir entre seis.
En resumen, en 2010, la Comisión Internacional integradas por pesos pesados de la comunidad universitaria europea han elegido 14 proyectos de los 22 finalistas. La mayoría de universidades ganadoras son las que en 2009 se quedaron a las puertas y han mejorado sus iniciativas aliándose con otros campus.
Por otro lado, mientras en 2009 la partida que se llevaron las ganadoras de la ‘etiqueta CEI’ era notablemente superior a la obtenida por las ‘CEIR’ -21 millones unas, frente a 7 las otras-, este año la financiación es similar para unos y otros: indistintamente reciben unos fondos que van de los tres a los cinco millones.
Otra diferencia es que hace un año la mayoría de los proyectos iba vinculado a una sola universidad, mientras que ahora el proyecto está integrado por varios campus e instituciones, con lo que unitariamente tocan también a menos dinero.
«Las universidades no pueden actuar aisladamente», incidió esta mañana el secretario de Estado de Universidades, Màrius Rubiralta, que apuntó a la «agregación estratégica» como al única baza para competir en el panorama nacional e internacional.
El criterio de que no todos pueden ser verdaderamente excelentes y de premiar las potencialidades reales para alcanzar ese grado parece haber cedido paso a la opción de dar un poco a todos y no discriminar regiones.
Pero esta mañana, en el anuncio de los resultados, Màrius Rubiralta ha defendido que la financiación recibida por todos los ganadores es suficiente para poner en marcha los proyectos, sobre todo teniendo en cuenta que, a partir de ahora, seguirán recibiendo fondos anualmente para conseguir los objetivos propuestos.
De hecho, un 25% de la financiación destinada este año a los Campus de Excelencia van destinados a los proyectos ganadores de la convocatoria anterior.
Los ganadores
Concretamente, reciben la calificación CEI los siguientes proyectos: Andalucía TECH (Universidad de Sevilla); Campus Energía UPC (Universidad Politécnica de Cataluña); Campus Iberus (Universidad de Zaragoza); Campus UPF-Icaria Internacional (Universidad Pompeu Fabra); CEI-Montegancedo 12 TECH (Universidad Politécnica de Madrid); Euskampus (Universidad del País Vasco); Health Universitat de Barcelona Campus (Universidad de Barcleona), y VLC/Campus Valencia (Universidad de Valencia).
Las iniciativas elegidas para el Campus de Excelencia de ámbito regional son: Campus BIiotic Granada (Universidad de Granada); Campus de Excelencia Internacional Catalunya Sud (Universidad Rovira i Virgili de Tarragona); Campus do Mar (Universidad de Vigo); Campus Mare Nostrum 37/38 (Universidad de Murcia); Campus Atlántico Tricontinental (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria), y Studii Salamantinii (Universidad de Salamanca).
La unión hace la excelencia
La característica común de los proyectos ganadores es la «agregación estratégica», la alianza de varias universidades de un mismo territorio junto a instituciones con el horizonte puesto en la mejora de la competitividad de los sistemas productivos de sus respectivos territorios. Es una apuesta por la cooperación entre universidad y sociedad, que, para el Gobierno, según apuntó Rubiralta, es el mejor punto de partida «para pasar de la situación actual» de crisis económica «a otra basada en un cambio de modelo donde el conocimiento sea la base del progreso».
Por otro lado, el secretario de Estado ha explicado que el objetivo del concurso no es fomentar la competitividad de las universidades españolas con las del resto de Europa, sino la de mejorar la competitividad universitaria europea.
Preguntado por la efectividad de esta dotación de fondos para conseguir la excelencia en un marco en el que las universidades españoles quedan en los puestos de cola de los ‘ránkings’ internacionales, Rubiralta alegó que «los ‘ránkings’ hay que saber leerlos», ya que los parámetros que guían su elaboración no favorecen a las universidades españolas ni a la mayoría de las europeas (salvo las anglosajonas).