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Capacidad de ver el aura, un error genético

Santeros, curanderos y videntes no mienten cuando explican que pueden percibir el aura, ese campo energético de radiación luminosa multicolor que rodea a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos. De acuerdo a científicos de la Universidad de Granada, España, este fenómeno sí existe: se le conoce como sinestesia y es de origen neuropsicológico y sólo el uno por ciento de la población mundial lo presenta.

En términos neurológicos la sinestesia consiste en que el cerebro de ciertas personas produce un cruce de cables o conexiones sinópticas. Este hecho les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas. «Estas personas reportan que al escuchar sonidos a la par pueden ver o percibir colores. Es importante remarcar que la sinestesia no es un fenómeno secundario a una patología mental o a una situación psicológica. Es una experiencia real», explica a La Razón el Dr. Juan Jorge Palacios, especialista en genética humana en neurociencia.

Estudios sobre la neurofisiología de la sinestesia apuntan a que este fenómeno es un error genético que aparece durante el desarrollo embrionario y el proceso de neuroconexión en el cerebro. «Las vías que deberían permanecer separadas, por algún motivo siguen juntas; la materia gris y blanca son más gruesas y hay más neuronas de las que necesita un ser humano. Conforme se va desarrollando el feto existe un proceso donde las neuronas son podadas—se cortan aquellas que no se requieren—, pero en las personas sinestésicas no ocurre y se quedan con más conexiones neuronales de las que tiene el resto de la población», apunta.

Las primeras descripciones del fenómeno de sinestesia se lograron recabar al exponer a la gente a sustancias adictivas como el LSD o bien a hongos alucinógenos, es decir que aquellas personas que consumen alguna droga pueden experimentar sensaciones como ver la música. «Es complicado poder medirlo, porque es una experiencia subjetiva, sin embargo nosotros necesitamos que el paciente nos comunique lo que está experimentando, y se mide gracias a una resonancia magnética funcional, la cual permite ver qué áreas del cerebro han sido activadas durante cierta actividad», explica.

«Lo más frecuente es la interpretación acompañada de grafemas, es decir cuando nosotros vemos números o letras en blanco y negro, los pacientes sinestésicos lo ven a colores. Cuando se mezcla sonido y visión les evoca un color y es en una sola dirección, es decir, sonido es igual a color y letra es igual a color», destaca.

Entonces los videntes o santeros lo que hacen es interpretar la cara, es decir, cuando ellos ven el rostro, lo que ven es un color y eso es un efecto de sinestesia.

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