Una vuelta al cole nada traumática
“No, nerviosos no creo, imagino que el algarabío es fruto del reencuentro de después del verano”, opina Mari Carmen Torres, “fíjate qué silencio una vez que comienza la clase”.
Profesora de la Facultad de Humanidades y Magisterio, además es la coordinadora del Aula Permanente de Formación Abierta. Un programa para mayores impulsado desde la Universidad de Granada (UGR) y que este año alcanza en Ceuta su sexta edición. Aunque todavía no se ha cerrado el plazo de matrícula, que está abierto hasta el 28 de este mes y cuesta 75 euros por las asignaturas troncales y complementarias, ayer comenzaron las clases en el Salón de Actos del Museo de las Murallas Reales. Una vuelta al cole de casi medio centenar de alumnos que en poco o nada se diferencia de la de sus nietos. Quizá en la ilusión, multiplicada por cien.
“El curso se divide casi por trimestres”, explica Torres, “y vamos a tener desde Escritura Creativa, hasta un seminario de Cine o, con la que han empezado, Retos de la Medicina del s. XXI”. También Filosofía, Ceuta en la Historia, Ecología y Desarrollo Sostenible… “un poco de todo”. Se procura, indica, que haya un equilibrio y por eso se va variando el programa de asignaturas cada año, rescatando a lo largo del tiempo aquellas que tuvieron buena aceptación o, directamente, ideando segundas partes de las que gustaron y fueron muy enriquecedoras el curso pasado.
En un horario cómodo, de 17:30 horas a 19:30 horas, estas personas todas mayores de 50 años aprenderán cosas nuevas o, como algunos apuntaban, recordarán lo olvidado. “Hay muchos objetivos, pero fundamentalmente son dos”, consideró la coordinadora, “uno de carácter cultural y formativo y otro de carácter social”. Seguir mentalmente activo y favorecer las relaciones interpersonales.
Entres los alumnos, aunque la inquietud es la misma, el perfil es muy diverso. En edades, desde 50 hasta 80, y en formación anterior, pues hay quienes en su juventud cursaron titulaciones universitarias y quienes tan sólo tienen la enseñanza básica. “Esto, cuando das clase no se nota mucho”, considera Torres, “porque como se tocan muchos palos uno puede saber mucho de una materia pero no tanto de otra pero, sobre todo, porque todos son gente interesadas”. Un bagaje cultural que no se mide en títulos académicos, sino mediante el baremo del interés y la inquietud.
Y es que, trabajar con estos alumnos, “que están porque quieren estar, porque les apetece”, no cabe duda que enriquece a los propios docentes. “A los profesores nos encanta porque nos encontramos con personas que, si les interesa el tema, se involucran mucho y favorecen un debate muy interesante”. Eso, unido a la experiencia de toda una vida, contribuye a una reflexión realmente enriquecedora. Y por lo visto gusta. La mayoría de los alumnos repiten… y no precisamente por haber suspendido el curso anterior.
Descargar