“Melilla tiene una peripecia histórica muy especial e interesante” PDF Imprimir E-Mail
Escrito por Irene Flores
lunes, 03 de agosto de 2009
Francisco Saro durante su comparecencia la pasada semana en la Universidad de Verano de Melilla.
Francisco Saro durante su comparecencia la pasada semana en la Universidad de Verano de Melilla.
Francisco Saro, uno de los fundadores de la Asociación de Estudios Melillenses, es autor de centenares de trabajo sobre la Melilla del siglo XIX y primer tercio del XX.
En estos días ha vuelto a la ciudad para participar en el curso sobre la Campaña de 1909 organizado por la Universidad Internacional de Verano que desde hace trece años promueve la Ciudad Autónoma junto a la Universidad de Granada. Historiador entregado a la investigación del pasado melillense, en su haber hay un montón de horas dedicadas a bucear en nuestros anales. Una afición que se ha convertido en su hobby y trabajo principal desde que hace treinta años llegara por primera vez a nuestra tierra, destinado como comandante de Intendencia.
-¿Cómo surgió su afición a la historia de Melilla?
-Yo de Melilla conocía lo que conocen los profanos de fuera de esta ciudad. Sólo tenía unas referencias históricas muy claras del protagonismo que tuvo en la historia de España en el primer tercio del siglo XX. Lo único que ocurrió es que llegué aquí por azar, porque tenía que ir destinado a algún sitio y aunque tenía opción entre Ceuta y Melilla, elegí Melilla porque me atraía más pero sin tener muy claro qué me iba a encontrar. Y cuando llegué me encontré con una ciudad muy peculiar, con una historia económica y social muy interesante, con un proceso histórico muy llamativo y me metí en ese campo y aún no he salido de él.
-¿Antes no se había dedicado a la investigación histórica?
-Yo he tocado muchos temas a lo largo de vida. Me considero un hombre renacentista. Me interesan todas las disciplinas. Estuve cuatro años en el Sahara y me dediqué a investigar la flora y fauna marina, sin que tuviera nada que ver con mi profesión. Y también salí al desierto a buscar huellas del hombre del neolítico. El hombre renacentista se interesaba por todo pero no dominaba nada, lo mismo que me pasa a mí. Quizás la historia de Melilla sí la he empezado a dominar un poquito.
-¿Desde hace años sólo se dedica a la historia de Melilla?
-En realidad desde poco después de llegar aquí, en que me embarqué en la creación de la Asociación de Estudios Melillenses. Desde entonces estoy metido en ese capítulo y no salgo de él. La investigación histórica es una disciplina que te permite estar toda la vida en ella porque no se termina nunca. Es inacabable, porque siempre hay vericuetos en los que te puedes meter.
-¿Qué investigación le ha satisfecho más?
-Es difícil decirlo. Se me ocurren varias líneas de trabajo, pero me llenó de satisfacción mi estudio sobre la evolución urbana de la ciudad, que me pareció muy sugestivo. Investigar cómo evoluciona aquella ciudad de cinco mil habitantes de principios del siglo XX hasta convertirse en una gran ciudad en pocos años, es uno de los aspectos que más me han motivado y que más me han inducido a trabajar en el estudio de la expansión de Melilla.
-¿Estudia toda la historia de la ciudad en general?
-No, porque no hay más remedio que acotar un campo. Yo toco la historia de Melilla desde el Sitio de 1774 hasta la creación del Ayuntamiento en 1931, que es más de siglo y medio y que es un campo tan extenso que obliga a mucha investigación. Tardé cinco años en leer toda la documentación que el investigador Gabriel de Morales se había leído para escribir su libro de datos de la historia de Melilla. Esto es mínimo comparado con toda la documentación aportada desde 1900 a 1931. Este campo va a ser imposible de abarcar, no llegaré nunca a leer cuanto hay al respecto. Además con una particularidad añadida y es que después de haberme leído toda la documentación del siglo XIX y parte del siglo XVIII, me parecen interesantes documentos que antes había desechado, de modo que tengo que volver a repasar documentación que ya había revisado.
-¿La singularidad histórica de Melilla sigue vigente hoy en día?
-Melilla tiene una peripecia histórica muy especial. Durante siglos ha sido una sociedad asediada por lo que entonces se llamaba el enemigo musulmán. Aquello se acabó y en el principio del siglo XX se suceden las campañas de Marruecos que daban a Melilla una impronta también muy distinta al resto de ciudades españolas. Ahora las peculiaridades de Melilla son otras, pero en este campo yo no trabajo.
-¿Para investigar la historia de Melilla hay que vivir en Madrid?
-Sí, por una razón fundamental. Es difícil hacer una estimación, pero el 95% de la documentación para estudiar la historia de Melilla está fuera de Melilla. Para estudiar la historia de Melilla no hay más remedio que ir al archivo de Simancas, al Archivo Histórico Militar, al Archivo Histórico Nacional y a los Archivos de la Administración del Estado. Todos ellos están en torno a Madrid y ahí está la base fundamental de la documentación, porque toda la que había aquí en la Comandancia General de Melilla se llevó a Madrid. Un investigador aquí tiene un trabajo muy limitado. Cuando yo vivía en Melilla, aparte de la prensa antigua, también trabajé los protocolos notariales que están en el archivo de la ciudad y que son interesantísimos.
-¿Es un error decir que la historia de Melilla es eminentemente militar?
-No. Durante cuatro siglos y luego durante el primer tercio del siglo XX es una historia militar, pese a que a algunos no les guste, pero es así, hay que aceptarlo. Hasta el 82 aquí el delegado del Gobierno antiguo era el comandante general. Siempre ha habido aquí una impronta militar y la historia fundamental de la ciudad gira en torno a acontecimientos militares. La expansión de la ciudad también se da por las campañas militares. La gente venía del sur de España y del levante español detrás de los soldados y así creció la ciudad. Luego ha ido perdiendo el carácter militar pero, hasta que se acaban las campañas de Marruecos, la de Melilla es una historia militar clarísimamente.
-¿Esa impronta militar puede ser un lastre para la ciudad hoy en día?
-No lo sé, es posible que sí. Todo aquel que tiene interés por la historia de España ve que Melilla es protagonista cuando hay conflictos militares en sus cercanías, incluso hoy en día hay una tensión política entre España y Marruecos en la que Ceuta y Melilla son inevitables. Esto le da siempre una impronta militar, aunque exagerada quizás. He visto que fuera de Melilla se tiende a considerar en exceso el protagonismo militar, que no es para tanto y hoy menos que hace unos años. Es más, actualmente todavía hay historiadores que llaman presidios a Ceuta y Melilla, algo que no hace nada bien a la ciudad porque traslada una palabra antigua a tiempos actuales. Esto le da una tónica que no es justa y que no se corresponde con la verdad. Pero todavía hay gente que de forma absurda se refiere a los antiguos presidios. Marruecos lo hace constantemente.
-¿Cuándo deja de ser Melilla una plaza militar?
-Eso es una impresión subjetiva, hay quien opina que cuando el comandante general dejó de ser delegado del Gobierno, pero pienso que dejó de ser una plaza fundamentalmente militar cuando en el año 21 dejó de aplicarse en la ciudad el Código de Justicia Militar. Hasta esa época a cualquier persona se le podía aplicar porque todo lo que ocurría en Melilla podía estar incurso en el Código Militar. No olvidemos que hasta el año 14 los juzgados eran todos militares, que atendían incluso casos de divorcio o separación. Luego poco a poco fue diluyéndose y a partir del 21 la sombra del Código de Justicia Militar dejó de planear sobre la ciudad, aunque el fantasma de las campañas de Marruecos asomaba al otro lado de la frontera. Esto hacía que el carácter militar de la ciudad no se pudiera obviar. Aquí salían y entraban tropas continuamente, Melilla era la base de operaciones. La dependencia económica era absoluta. Cuando se acabaron las campañas de Marruecos la crisis económica fue terrorífica. Después del desembarco de Alhucemas en el año 25 y la evacuación de gran parte de las tropas de Melilla y territorio aledaño, la crisis y el paro fueron terribles.
-¿Existe el historiador aséptico?
-No, la historia lo único que sirve es para que cada uno dé su versión y quien esté interesado reciba todas las versiones y saque la suya propia. Eso del historiador aséptico no existe. Somos lo que somos y llevamos dentro nuestros intereses, nuestra apreciación de la ciudad, nuestras ideas políticas y por mucho que intentes ocultarlo siempre sale. Cuando cojo un libro de historia enseguida notó las simpatías o antipatías del autor. Pero esto es lo bueno que tiene la historia, porque puedes quedarte con la versión que más te convence. Esto es así porque es una historia viva, que ofrece distintas interpretaciones de la vida, si no sería un relato amorfo y lineal, como una conferencia sosa.
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