“Los extranjeros suponen la mitad de la tasa de fracaso escolar nacional”
Antonio González, es profesor en el departamento de Didáctica de la lengua y la literatura, imparte clases en la Facultad de Educación y Humanidades de la ciudad, integrada en la Universidad de Granada, y ofreció ayer la clase titulada ‘La enseñanza del español como segunda lengua’ en el marco del curso de verano de la UGR ‘Abordaje de las dificultades en el aula. Peculiaridades de los centros escolares de Ceuta’.
La situación en Ceuta relativa al aprendizaje del español como segunda lengua, explica González, es “curiosa” ya que en la ciudad existen “dos lenguas de hecho”, expone. “Mientras que en la península dependerá de que un profesor entre en una zona u otra a dar clase para tener alumnos inmigrantes; mientras que en Ceuta es una situación bastante frecuente que un profesor termine su carrera y se encuentre que en el aula, en una cifra importante, especialmente en Infantil o Primaria, no hablen el castellano”, asegura el profesor.
“Un aula normal en Ceuta es aquella en la que en 1º de Primaria, la mitad de los niños pueden no hablar español”, concluye.
–¿Cuál es el contenido de la clase que ha impartido?
–Trato el proceso que se denomina enseñanza de la lengua española como segunda lengua y que plantea una situación educativa en la que un maestro se encuentra en el aula con que un porcentaje importante de los alumnos son nativos españoles pero una serie de alumnos proceden de otros países, bien porque son inmigrantes económicos, de ocio o por el motivo que sea, pero su coincidencia hace que en la misma clase se hablen varias lenguas. En España, como la tradición ha sido monolingüística, nos encontramos con que los alumnos tienen que superar los objetivos de cada etapa educativa pero además se enfrentan a la problemática de la lengua. Por este motivo, el docente debe elaborar estrategias educativas para que, al mismo tiempo que se consiguen esos objetivos curriculares, puedan aprender la lengua.
–¿Cómo se programa ese modelo de enseñanza?
–Parte de modelos de didáctica de las lenguas que se han llevado a cabo en EEUU y en el resto de Europa, siempre bajo los principios del aprendizaje y de los métodos comunicativos que se desarrollan desde los años 70 y han pasado por varias etapas. De jóvenes todos conocimos la racional-funcional pero, en la actualidad, se aplica el enfoque por tareas o proyectos que consiste, en vez de en dar contenidos que el alumno tenga que aprender, en convertir el aula en un espacio en el que hacer cosas, es decir, el alumno es un agente pero no un paciente. A la hora de construir las cuestiones en común, se generan dinámicas comunicativas que favorecen el aprendizaje de la lengua al mismo tiempo que se consiguen los objetivos.
–¿Exige que el profesorado sea bilingüe o tenga nociones de la lengua del alumno?
–No, en absoluto. Se trata que el profesorado sea consciente de qué dificultades lingüísticas conlleva su discurso para ir ensayando pequeñas actividades para que el alumno pueda desarrollar trabajos mayores sin tener problemas para llevarlas a cabo.
–¿Dispone de datos de fracaso escolar por este motivo?
–En principio, existe una falsedad en esta cuestión porque se habla de una tasa de fracaso escolar en España que ronda el 30 por ciento, pero el 16 por ciento son rumanos, portugueses, marroquíes… Es decir, prácticamente la mitad del fracaso escolar nacional. Este dato hace referencia aSecundaria.
–¿Cuáles deben ser las habilidades de un docente para intentar comunicar de la mejor manera posible a estos estudiantes?
–El profesorado debe favorecer entornos en los que se incite a hablar al alumno, es decir, alguien aprende la lengua cuando se da un emisión y recepción del mensaje.
–¿Qué planes desarrolla el Ministerio de Educación en este sentido?
–Por su puesto. La propia Ley de Educación contempla este tipo de situaciones, en los currículos figuran todo este tipo de estrategias y de dinámicas que se engloba directamente con todas las políticas que parten desde el Ministerio.
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