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La clausura de los cursos de la UGR habla de un modelo de escuela cálida

Las actitudes, la conciencia y la consciencia, los juicios y prejuicios. E incluso el amor propio. El profesor de la Universidad de Cádiz, Francisco Javier Gala León, catedrático de Ciencias Psicosociales Aplicadas a la Salud, desglosó ayer todos los conceptos que pululan por la autoestima. Fue en el Salón de las Murallas Reales. Y como colofón a la XXII Edición de los cursos de verano de la Universidad de Granada en Ceuta, que comenzaron su segunda tanda el pasado lunes. Cuatro cursos ceñidos a un traje, el la Educación, que se han desarrollado estos días en dos escenarios, en la Facultad de Educación y Humanidades y en la Escuela de Enfermería, y que ayer finalizaron.

La conferencia ‘La Autoestima como variable psicosocial emergente’, la que clausuraba el acto, dirigía sus conceptos a todos. A padres, a educadores, a la sociedad. A todo en general y a la persona en particular. 

Las palabras de Gala sonaban como revulsivo para mejorar, para sentirse bien con uno mismo. “Para entender nuestras limitaciones y asumirlas”, decía. Había que evitar las expectativas falsas. “Todos valemos para algo, pero nadie valemos para todo”, eso lo decía ayer el profesor. Y sonreía. Pero luego rectificaba: “A no ser que seas Leonardo da Vinci, claro, que era un genio”.

“No se pueden seguir contramodelos que ahondan en Princesas del pueblo como nos quieren hacer ver en televisión. En esos programas pornográficos”. Gala daba un bofetón a los medios de comunicación. “A ese afán por ilustrar que la fama es la gloria, cuando eso no es cierto”. 

¿Y cuándo relacionó el profesor la autoestima con la educación? Bien rápido. Al minuto de la conferencia. Francisco Gala dio directrices para evitar la baja autoestima en los adolescentes. Primero a los padres. ¿Cómo? El profesor lo explicó paso a paso: “Tenéis que evaluar a vuestros hijos objetivamente. Además hay que hacer una escucha activa, que sepan que estás ahí”, explicaba. “Otro paso importante es motivarle para que consiga sus objetivos”. “Y facilitarle la comunicación, además de elogiarle adecuadamente”. La tolerancia a la frustración, otro concepto a tener en cuenta, de los muchos que acompañaban el discurso de Galán. Luego le tocaba el turno a los profesores. “Sí, ya sé que los profesores están quemados, que no están lo suficientemente valorados por la sociedad, que no tienen soportes muchas veces, pero tenemos que tener un modelo de escuela cálida, segurizante y disciplinada”. Más obligaciones para el profesor: “Alertar  a los padres si ven alteraciones en la autoestima, evitar que desarrollen expectativas falsas, eliminar motes y fomentar tareas educativas”. ¿Para qué? Para que la autoestima siga abrazando con esa fuerza de oso al cuerpo . “Para ser felices”.

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