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La mitad de los abusos sexuales a menores son cometidos por un familiar

La mitad de los abusos sexuales a menores son cometidos por un familiar, según constata un estudio del Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad de Granada, sobre una muestra de 2.159 estudiantes del centro –344 hombres y 1.815 mujeres–.

El objetivo del trabajo, publicado en ‘Gaceta Sanitaria’ y recogido por Europa Press, ha sido el de analizar el perfil de las víctimas y de los autores de abusos sexuales a menores y sus consecuencias en la salud mental de los afectados.

El 95% de los agresores son hombres; más de la mitad (el 52,8%) son familiares de la víctima, y en un 44% de los casos son también menores de edad.

El 12,5% de los universitarios manifiesta haber sufrido abusos sexuales antes de los 18 años –el 8,4% en el caso de los varones y el 13,2% de la muestra femenina–.

En la mayoría de los casos, el 62,8%, consistió en tocamientos del agresor a la víctima o viceversa, mientras que un 24,5% de los sucesos comportó sexo oral, penetración (anal o vaginal) o ambos.

Casi la mitad de los casos fueron incidentes aislados, mientras que en el 26,8% el abuso se caracterizó por la continuidad.

La edad media de inicio fue a los 8,8 años, teniendo en cuenta que el 11% de las víctimas –29 mujeres, 2 hombres– volvió a sufrir abusos sexuales antes de los 18 años por parte de un agresor diferente y el 7,4% –todas mujeres excepto una– declaró haber cometido algún tipo de abuso sexual contra otro niño.

Respecto al perfil del agresor, sólo el 10% fueron personas desconocidas, y el 53% de los abusos contra mujeres los cometió un pariente, mientras que en los hombres la tasa de abusos intrafamiliares fue del 51,7%.

La mayoría tuvo lugar en el hogar de la víctima o del agresor, o en ambos, siendo las visitas y el contexto de cuidados al niño las circunstancias más habituales.

El 75% de los abusos contra mujeres se cometió en la intimidad de un hogar, mientras que la tasa de abusos en lugares públicos tendía a ser algo mayor en los niños que en las niñas –34,5% frente a 25%–.

El estudio también analiza las consecuencias psicológicas de haber sufrido abusos sexuales durante la infancia o la adolescencia, si bien las mujeres víctimas de abusos presentaron peores puntuaciones que las universitarias sin antecedentes en todas las variables de salud mental.

Las secuelas se traducen en una menor autoestima y asertividad y en una actitud vital negativa, con mayores episodios de depresión y ansiedad. Sin embargo, las víctimas varones sólo diferían de sus compañeros sin antecedentes de abusos en su mayor nivel de ansiedad.

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