Sociedad
Se detectan carpas macho con ovarios y truchas hembra con esperma en cuencas cántabras
Estas mutaciones sexuales parece que obedecen a la presencia de sustancias contaminantes, caso del estradiol o del etinilestradiol
A. R./SANTANDER
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EL EXPERTO
Los efectos sobre la salud de un compuesto químico son muy difíciles de medir. El problema es que la relación suele ser difícil de trazar y además cuando se hace es estadística. Los científicos han documentado que en los invernaderos de Almería hay más casos de cáncer y lo vinculan con el uso masivo de fertilizantes, pero no pueden decir que cada uno de esos casos se deba directamente a los productos químicos.A esta dificultad se suma otra aún mayor. «Qué sentido tiene estudiar los compuestos uno a uno si la ministra de Medio Ambiente tiene 50 sustancias químicas distintas en la sangre», explica el catedrático de Granada Nicolás Olea.
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Imposex. Dicesé del sexo impuesto en los animales a causa de la contaminación química de los ríos. Y Cantabria es un ejemplo más de este fenómeno. Aunque no existen estudios científicos al respecto, sí se conoce de la existencia de carpas macho en el Ebro con ovarios e, incluso, de truchas hembra que cuentan con esperma. Eso sí, no pueden deshacerse de él. Las especies afectadas, empero, pueden ser muchas más.
En el caso de las truchas, indicaron fuentes de la Administración autonómica, la causa de esa transexualidad puede obedecer a los compuestos estrogénicos presentes en el cauce por los vertidos como el estradiol o el etinilestradiol (compuesto de la píldora anticonceptiva).
El fenómeno no es nuevo, pero cada vez es más frecuente. La primera vez que se describió en España fue en 1999 y desde entonces han proliferado los estudios publicados en revistas científicas sobre especies con alteraciones sexuales. «Si no aparece más es porque no se busca demasiado ya que en España no hay demasiados grupos», señalaba días atrás en El País el catedrático de la Universidad de Granada y uno de los mayores expertos en contaminación química Nicolás Olea.
Desde entonces hay indicios de alteraciones hormonales en carpas en la sierra de Madrid (aunque no han aparecido cambio de sexo), estudios en la ría de Huelva y una caracola llamada Bolinus brandaris, una especie muy frecuente, con un pene que llega a taponar la vagina.
Otro caso es el de la Nucella lapillus; una caracola muy abundante en las rías gallegas. Los científicos han hallado ejemplares hembra con un pene milimétrico. En su caso, esa transformación podría obedecer a la existencia en sus aguas de tributilo de estaño; un compuesto químico utilizado hace años para barnizar el casco de las embarcaciones.
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