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El misterio sobre los restos de Lorca seguirá

El misterio sobre los restos de Lorca seguirá

El misterio sobre el lugar donde reposan los restos de Federico García Lorca se mantendrá, ya que su familia no ha autorizado la identificación de los restos en caso de que aparezcan tras la apertura de la fosa común, donde se supone que están, la próxima semana.
«La semana que viene se colocará la carpa (que cubrirá el yacimiento) e inmediatamente se iniciarán los trabajos» de excavación de la fosa común donde se supone que está el poeta, adelantó la consejera (ministra regional) del gobierno andaluz, Begoña Alvarez, durante la firma en Granada (sur) del convenio de colaboración entre distintas entidades para la excavación.
La consejera dejó claro, no obstante, que «nuestro objetivo no es buscarlo (a Lorca)», sino atender las peticiones de los familiares de posibles víctimas que también estén enterradas junto al poeta español y quieran recuperar sus restos.
«Diremos el número de cadáveres que aparecen, si están identificados o no. Creo que es la información de interés general que nosotros tenemos que dar, evidentemente lo demás corresponde a las familias; si se identifica o no se identifican los restos», añadió Alvarez.
«Diremos que hay restos que no se han identificado y que siguen en el parque», afirmó la consejera, quien recordó que el lugar donde se encuentran los cuerpos en el paraje de Fuente Grande en la localidad granadina de Alfacar (sur) ha sido declarado «apto para el enterramiento» por el ayuntamiento.
De esta manera, a petición de las familias, además de Lorca, tampoco se identificará al maestro de escuela Dióscoro Galindo. Ambos fueron fusilados en agosto de 1936, un mes después del inicio de la Guerra Civil española (1936-1939), por miembros del bando nacionalista que se sublevó contra el gobierno democrático republicano, junto a los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcolla.
Estos dos últimos serán identificados, al igual que el inspector de tributos Fermín Roldán y el restaurador granadino Miguel Cobo, a petición de las familias o algunas entidades «conforme a derecho».
Hasta el momento, los trabajos previos con georradar en la zona de los enterramientos ha permitido determinar la existencia de al menos seis posibles fosas de entre 60 cm y 1,80 m de profundidad, pero sin que se sepa si hay restos.
«El estudio de georradar no habla de personas, habla de movimientos de tierra y de cambios en la densidad de la tierra, por lo tanto lo que nos dice es que son zonas de posible actuación, porque han sido removidas, posiblemente por causa de enterramiento, pero no lo podremos saber hasta que se esté trabajando en el campo», dijo Alvarez.
Tras ubicar las fosas, se procederá «a una exhumación cumpliendo criterios arqueológicos de la máxima calidad, y luego a realizar el estudio antropológico y el estudio genético», afirmó el director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, José Antonio Lorente, quien se encargará del análisis forense.
Las cuatro principales fosas donde se concentrarán en un primer momento los trabajos se cubrirán totalmente con una carpa en cuyo interior operarán los técnicos, los cuales habrán firmado cláusulas de confidencialidad y no se les permitirá acceder con aparatos de grabación de imágenes o sonidos.
El gobierno andaluz hará una grabación oficial de los trabajos y ofrecerá imágenes del inicio de los trabajos o del hallazgo de los primeros restos, siempre que no afecte a la intimidad de las familias, según Alvarez
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