Los centros de enseñanza superior del país enfrentan el reto de avanzar cada vez más en el establecimiento de servicios educativos en línea que les permitan brindar carreras de pregrado y posgrado que implican ciertas ventajas para el estudiante. Algunas instituciones educativas locales de nivel superior ya empezaron a trabajan en eso, pero no son la totalidad.
Aunque esto supone más inversión, algunos expertos como Guillermo Rodríguez Navarrete, director regional de la Fundación Universitaria Iberoamericana (Funiber), afirmó que es la ruta a seguir.
Rodríguez Navarrete asegura que «deberían ser todas las universidades las que estén apostando a la educación virtual, porque el tren de la virtualización de contenidos, de la enseñanza, sobre todo a nivel de posgrados es un tren que no para en ninguna estación, que está en movimiento constante». Entre las instituciones nacionales que brindan materias, diplomados y carreras en forma virtual se encuentran las universidades Don Bosco, Francisco Gavidia y Dr. José Matías Delgado, y el Instituto Superior de Economía y Administración de Empresas (Iseade – Fepade).
El experto considera que las instituciones educativas que no se suban a ese tren, sean las que sean, van a pagar en un futuro teniendo que invertir aún más para adaptarse a un cambio que calificó de «imparable» y que a su criterio también es bueno para los centros de enseñanza superior porque son inversiones fácilmente recuperables.
El doctor Guillermo Rodríguez dice que el sistema de enseñanza virtual aporta más ventajas, sobre todo a la hora de brindar posgrados.
Según explica, los alumnos de maestrías y doctorados en línea no tienen que estar supeditados a asistir a una determinada hora a un lugar para atender clases, lo cual les resulta bien, considerando que la mayoría son empleados y padres de familia.
Y cuando los alumnos desarrollan sus estudios gracias a una beca, como las que otorga Funiber, también es económicamente más beneficioso, agregó el director general de esa organización.
¿Qué tanta demanda tienen los estudios de posgrado en modalidad virtual? Según el representante de la citada fundación, «los estudios (investigaciones) hechos sobre todo en Europa y los Estados Unidos, dicen que ha habido un descenso marcado en los estudiantes de maestría presencial».
Rodríguez Navarrete, quien cada año sirve una maestría en la Universidad de Granada, España, manifiesta que en los dos últimos años la cifra de estudiantes que se inscriben en la modalidad presencial ha disminuido sustancialmente. «De ser una maestría en la que teníamos de 70 a 80 solicitudes y usualmente aceptábamos 30 personas, ahora prácticamente no se cumple con las 30 personas, sino que tiene que hacerse (la maestría presencial) con 18 o 19 personas», agregó.
Sin embargo, Felipe Rivas, también especialista en temas educativos, hace otras consideraciones sobre la enseñanza universitaria virtual.
Para empezar asegura que en el país ésta «es incipiente», además de que acá las universidades la tratan de aplicar buscando reducir costo de pago de docentes y no como una modalidad que permite enseñar a estudiantes utilizando una pedagogía más dinámica y oportuna.
Rivas, quien además forma parte de la Fundación Innovaciones Educativas Centroamericana (Fieca), al igual que Rodríguez Navarrete, expresó que el proceso de aprendizaje en línea es muy ventajoso en cuanto a la flexibilidad que ofrece. A esto le suma que hay más disponibilidad de conocimientos en la red.
«Es necesario que se empiece a aprovechar (la educación virtual) al máximo», citó tras reiterar cómo los estudiantes que llevan estudios de posgrado en esta modalidad pueden organizar su horario de trabajo con el de estudio y no tiene que estar trasladándose a otros lugares, incluso fuera al extranjero.
Rivas expuso que la educación en línea es viable en el país, aunque reconoce que con limitantes: una es el hecho de que no todos los centros de enseñanza privada ni todos los hogares poseen los suficientes recursos financieros y tecnológicos para llevarla adelante.
Y es que en el caso de los centros de enseñanza universitaria no sólo se trata de comprar equipo, sino también adaptar los currículos de estudio a la modalidad virtual, disponer de recursos de aprendizaje propios de este modelo educativo y formar a los docentes para que interactúen con los estudiantes.
Otro aspecto a considerar es que muchos de los alumnos y los propios docentes salvadoreños carecen de disciplina y eso es fundamental para garantizar que se dé un aprendizaje de calidad.
«En el caso de El Salvador es recomendable que los aprendizajes en línea también tengan espacios presenciales, porque no se tiene muy arraigada la capacidad tecnológica, disciplina de estudiantes, docentes y universidades», subrayó Felipe Rivas.
Esto lleva a otro punto: que los centros que están formando a las nuevas generaciones de educadores, para los distintos niveles educativos y en diferentes especialidades deben hacer grandes esfuerzos por dar profesionales que dominen las nuevas tecnologías de la comunicación e información, así como métodos de enseñanza coincidentes con la educación virtual.