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La UCO crea un sistema para reducir su impacto ambiental

La UCO crea un sistema para reducir su impacto ambiental
Un servicio universitario recopila información de las instalaciones como primera fase de un proceso que se prolongará durante cinco años y que persigue que la institución académica se adapte a la norma ISO 14001

INVESTIGACIÓN. El grupo que elaborará el sistema.
JAVIER BARBANCHO
– La Universidad genera 7.000 kilos de residuos peligrosos al año

MARGA S. MINGO. Recomienda esta noticia

El Servicio de Protección Ambiental de la Universidad (SEPA) elabora un sistema de gestión ambiental en todas las instalaciones de la institución para garantizar que se cumplan los máximos niveles de calidad. Se trata de un procedimiento, que en la actualidad sólo se aplica en España en las universidades de Granada y Valencia, y que permitirá que la UCO se adapte a la norma estándar ISO 14001 reconocida internacionalmente.

El objetivo último que persigue el equipo del SEPA, integrado por cuatro especialistas, es que los edificios y servicios universitarios, así como las contratas que trabajan para la Universidad contaminen lo menos posible, de tal manera que sus acciones tengan el mínimo impacto ambiental. Además, según apuntó Antonio Gomera, uno de los miembros del grupo, los beneficios van más allá de la protección del medio ambiente, ya que se contribuye a la mejora de la salud, de la imagen exterior de la UCO, de la adaptación a la legislación vigente y, por supuesto, a una reducción del gasto.

El director del SEPA, Justo Castaño, apuntó que se trata de un trabajo complicado porque nunca se ha hecho en Córdoba y porque la ISO 14001 es una norma muy exigente. Este grupo de expertos considera que el sistema completo no estará listo hasta 2009 aproximadamente, aunque esto no implica que antes de que termine todo el proceso se vayan aplicando soluciones. Así, el SEPA ya realiza la recogida selectiva de residuos peligrosos que se producen en las instalaciones de la UCO, como pilas, tóner, cartuchos de impresoras y material electrónico. Además, antes del verano se implantará la recogida selectiva de papel para reciclar, la de fluorescentes, así como la instalación de un sistema de disminución del consumo de energía eléctrica.

En la actualidad, el equipo que lidera Castaño se encarga de comprobar el impacto ambiental de las acciones de la UCO. Esta fase se prolongará hasta enero de 2005 y consistirá en realizar un inventario de los residuos que produce la UCO, otro de los recursos naturales de los campus y una recopilación de la legislación sobre medio ambiente que afecta a las universidades. En esta fase inicial se incluye también el reparto de cuestionarios por todas los edificios universitarios para que los directores de equipos de investigación y de departamentos informen de la naturaleza de las sustancias que usan, los aparatos que manejan, el consumo energético, si existen vertidos a la red de alcantarillado y las emisiones gaseosas, entre otros aspectos.

Una vez que se termine esta fase inicial el equipo definirá la política ambiental de la UCO y elaborará una declaración de intenciones que la institución se comprometerá a cumplir con una serie de actuaciones en la gestión de los residuos que genere. Castaño confía en que esta declaración se firme a los largo del curso 2004/2005, momento a partir del cual se establecerán los objetivos y metas así como la redacción por escrito y de forma exhaustiva de todos los procesos a seguir.

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