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Un poeta de la memoria

– Un poeta de la memoria.

Descendiente de una familia granadina muy presente en la vida local, Luis García Montero nació en esa ciudad en 1958 como hijo de Luis García López y Elisa Montero Peña, y cursó estudios en el colegio de los Escolapios. En su adolescencia se aficionó a la hípica y conoció a Blas de Otero. En la Universidad de Granada estudió Filosofía y Letras, donde tuvo como maestro a Juan Carlos Rodríguez Gómez, teórico de la literatura social, hasta licenciarse en 1980 y doctorarse más tarde (1985) con una tesis sobre Rafael Alberti, La norma y los estilos en la poesía de Rafael Alberti. Mantuvo con el poeta de Marinero en tierra una gran amistad y preparó la edición de su Poesía Completa.

Comenzó a trabajar como profesor asociado en la Universidad de Granada en 1981. Recibió el Premio Adonais en 1982 por El jardín extranjero. Realizó su memoria de licenciatura en 1984 sobre El teatro medieval. Polémica de una inexistencia.

Se vinculó al grupo poético de la Otra Sentimentalidad junto a los poetas Javier Egea y Álvaro Salvador. Su trayectoria personal se fue ampliando en lo que se fue conociendo más tarde como Poesía de la Experiencia, y se caracteriza por la tendencia general a diluir el yo más personal en la experiencia colectiva alejándose de la individualidad estilística. García Montero y su grupo trataron de relacionarse con la tradición poética anterior acogiéndose a los postulados de Luis Cernuda y Jaime Gil de Biedma y trataron de unir la estética de Antonio Machado y las posiciones de la generación del 50, sin olvidar el surrealismo ni las mejores imágenes de los poetas del barroco español y de Juan Ramón Jiménez.

La característica más resaltada de Luis García Montero es la narratividad histórico-biográfico de sus poemas, de una estructura casi teatral o novelística con un personaje o protagonista que cuenta y vive su historia a través de la memoria, del recuerdo y del deseo. Como principal exponente de esta corriente en su trayectoria literaria se identifican conciencia poética, responsabilidad social y meditación moral. Su poesía se caracteriza por un lenguaje coloquial y por la reflexión a partir de acontecimientos o situaciones cotidianas, sin llegar a los límites del realismo sucio.

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