MARIO RUIZ MORALES PROFESOR DE CARTOGRAFÍA Y TOPOGRAFÍA EN LA UNIVERSIDAD DE GRANADA
«El mapa de Tito Bustillo es el más antiguo de la Humanidad»
El ingeniero y especialista en topografía confirma que el hallazgo asturiano es «una imagen cartográfica y minimalista» del entorno de Ribadesella
MIGUEL MORÁN/
«El mapa de Tito Bustillo es el más antiguo de la Humanidad»
ACADÉMICO. El profesor Mario Ruiz Morales. / E. C.
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El año en el que el riosellano Jesús Manuel Fernández Malvárez se adentraba en la oscura sima y hallaba el mapa, Mario Ruiz Morales comenzaba su andadura profesional como perito topógrafo en Granada. Treinta y ocho años después el destino del profesor granadino ha quedado unido, por obra y gracia de un mapa prehistórico, al de aquel, por entonces joven asturiano, que formó parte del grupo Torreblanca, descubridor de la cueva de Tito Bustillo. Todo empieza hace diez días cuando Mario recibe una llamada desde Asturias…
-¿Qué le cuenta Jesús Manuel Fernández Malvárez la primera vez que se pone en contacto con usted?
-Me dice que había leído en internet una publicación mía, Ensayo histórico de cartografía urbana en la que defendía la cartografía prehistórica. En ese trabajo argumentaba que era muy posible que en las cuevas del Norte hubiese mapas de ese período. Me asegura entonces que él tiene uno, desde hace 38 años. ¿y quién es usted, le pregunto? Soy uno de los descubridores de la cueva de Tito Bustillo, contesta. Como era de Ribadesella volví a la cueva y me encontré con ese mapa que llamó mi atención.
-¿Le cree?
-De mano, ni le creo ni le dejo de creer. Le pido que me lo mande y me llega poco después una imagen por correo electrónico.
-¿Usted conocía la cueva de Tito Bustillo?
-Sí, había pasado por allí, en 1976, de vacaciones con la familia, no en viaje de trabajo. Mi mujer es de Grado y conozco bien la zona, en aquellos tiempos veraneaba en Gijón. Por supuesto, cuando fui no vi ni mapas, ni nada parecido. Simplemente contemplé lo que puede ver todo el mundo. Exactamente igual que cualquier turista.
-¿Cuándo se da cuenta de que está ante un descubrimiento histórico?
-Nada más verlo me llamó la atención. Estudié la zona de Ribadesella con el Mapa Topográfico Nacional y observé que el litoral descrito en el mapa es muy parecido. Examiné donde están todas las cuevas de la zona y se correspondían con las que aparecen en el mapa, que es una imagen cartográfica y minimalista del entorno de la zona. En esta ciencia las casualidades no existen.
-¿Cómo se entiende, entonces, que durante 38 años estuviese escondido en un cajón?
-Estas cosas por desgracia pasan. Aquí destacaría una doble vertiente, por un lado, Jesús Manuel no tenía una posición académica para ser oído. Esto ocurre muchas veces, y, por otro, hay muy poca gente con conocimientos de cartografía prehistórica en España. No es una ciencia que tenga muchos seguidores. Me imagino que durante mucho tiempo estaría perdido sin saber a quién recurrir.
-Si Jesús Manuel no le conoce se hubiese perdido uno de los hallazgos prehistóricos más importantes.
-No lo creo, porque alguien le hubiese certificado que ese mapa tiene un gran valor. Jesús Manuel tiene un tesón increíble. En toda esta historia me alegro sobre todo por él. Se lo merece por su perseverancia e intuición. Yo soy un simple divulgador. En este caso actúe casi de periodista. Necesitaba que alguien le diese voz en el mundo académico y por eso contacta conmigo. Nada más.
-¿Qué valor le otorga al hallazgo?
-Muchísimo. Podríamos decir que Asturias contó con el cartógrafo más antiguo de la Humanidad. Si tenemos en cuenta la época de las pinturas, que datan de entre 10.000 a 22.000 años, el mapa sería el más antiguo descubierto hasta ahora.
-El hallazgo de Tito Bustillo, ¿vino a confirmar unas sospechas que usted tenía desde hacía bastantes años?
-Sí. Estaba convencido de que en las cuevas del norte tendrían que aparecer planos rupestres prehistóricos. Hasta ahora, de esa época, sólo se tenía constancia de uno en la cueva de la Pileta en Málaga y otro en Peñasorio (Badajoz). Hay una particularidad entre éstos y el de Tito Bustillo. Los del sur tienen un carácter eminentemente localista y representan aspectos relacionados con la subsistencia y detalles de su entorno más inmediato. El de Ribadesella también lo hace del entorno circundante.
-¿Qué aporta el descubrimiento desde el punto de vista científico?
-Aporta muchísimo. Hasta ahora los mapas rupestres, una de las expresiones del arte prehistórico, eran muy poco conocidos. Sólo hay constancia de este tipo de dibujos en algunas cuevas de España. En el mundo, el más antiguo del que se tenía constancia data de hace 8.000 años y fue descubierto, en 1963, por un escocés en la provincia de Konya, al oeste de Turquía. Espero que a partir de ahora en las exploraciones arqueológicas prime también la componente cartográfica. Hace 18.000 años el hombre podía hacer mapas, igual que, más recientemente, los babiloneos predecían eclipses o los egipcios construyeron con cálculos increíbles las pirámides, aunque muchos con pocos elementos de juicio se encarguen de despreciar lo que ignoran.
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