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Descubren indicios sobre la influencia de células del sistema nervioso en la degeneración de la retina

Un grupo de investigadores del Departamento de Biologí­a Celular de la Universidad de Granada ha descubierto indicios de la influencia de las células microgliales, que se encuentran en el Sistema Nervioso Central, en la muerte de células fotorreceptoras, que son las encargadas de convertir la luz en señales reconocibles por las neuronas.

De comprobarse al cien por cien esta hipótesis se podrí­a explicar y tratar ciertas enfermedades degenerativas de la retina como la retinosis pigmentaria, el Sí­ndrome de Usher o la degeneración macular asociada a la edad, según informa en un comunicado Innova Press.

«Si se conocen los factores relacionados con la muerte programada de los fotorreceptores se podrán desarrollar estrategias terapéuticas que eviten o retarden la evolución de las enfermedades degenerativas de la retina» ha explicado el profesor Miguel Ángel Cuadros, que lidera este proyecto.

Para ello, los expertos han desarrollado dos modelos experimentales, uno con ratones vivos a los que expusieron a luz intensa y otro con cultivos «in vitro» de explantes –fragmentos de retina– también procedentes de estos roedores.

Los investigadores han comprobado que las células microgliales de las capas internas de la retina de los ratones emiten prolongaciones hacia los núcleos de las células fotorreceptoras justo al final de la exposición a la luz intensa cuando comienza la degeneración de fotorreceptores.

Veinticuatro horas más tarde, hay numerosas células microgliales en la región eliminando células degradadas y a partir de las 72 horas, la microglí­a intenta volver a la normalidad, aunque se mantiene la activación microglial, por si fuera necesario la eliminación de nuevas células muertas.

EXPERIMENTO EN EXPLANTES
En los fragmentos de retina, cultivados en condiciones aptas de nutrientes y temperatura durante un máximo de 18 dí­as, analizaron la viabilidad celular en el cultivo, que sufrí­a un descenso durante los primeros dí­as «probablemente como consecuencia del drástico cambio que sufre la retina cuando se prepara el explante y se pone en un medio de cultivo», indica el profesor Cuadros.

Posteriormente, la estructura general del la retina se conservaba durante dos semanas, tiempo en el que se realizaron los experimentos. También se realizaron explantes de retina de animales que carecí­an del enzima PARP-1, implicada en la reparación del ADN y relacionada con la activación de la función microglial, en los que la muerte de células se producí­a uno o dos dí­as después en relación a retinas con PARP-1, aunque el equipo aún no ha logrado explicar el porqué.

En ambos casos los investigadores detectaron que la disminución de la viabilidad celular coincidí­a con un incremento de la activación microglial confirmado mediante citometrí­a de flujo, técnica para contar o medir componentes y propiedades de células. Tras determinar la viabilidad normal de las células, los investigadores se centraron en determinar el efecto de alterar la función microglial sobre la viabilidad del fragmento de retina.

«Aunque tenemos indicios de que la activación de la microglí­a de la retina puede contribuir a la degeneración de fotorreceptores, no podemos decir que la hipótesis esté confirmada al cien por cien, afirma el profesor Cuadros.

Dos argumentos apoyan su tesis: con el uso de minociclina (antibiótico que impide la activación microglial y tiene un efecto anti-inflamatorio) y con la inhibición de la enzima PARP (implicada en la movilización de las células microgliales), se produce un incremento de la supervivencia de las células de la retina. Pero aún se desconoce si el efecto es transitorio o estable.

En la actualidad, el equipo de Biologí­a Celular de la Universidad de Granada trabaja en la eliminación de las células microgliales en explantes de retina. Si logran eliminar la microglí­a obtendrán datos de alto interés acerca de su influencia en la degeneración retiniana. Además, este hito permitirá identificar si existen mecanismos alternativos que influyan o desemboquen en la muerte de fotorreceptores, premisa que el equipo no descarta.

Este descubrimiento forma parte de un Proyecto de Excelencia incentivado con casi 195.000 euros por la Consejerí­a de Economí­a, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucí­a.

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