Mayor uso del sistema en las zonas poco pobladas
Las autonomías menos pobladas presentan un mayor consumo de fármacos y más visitas al médico de atención primaria, según un estudio elaborado por la Universidad de Granada.
El proceso transferencial ha provocado, según expertos reunidos en las XXIV Jornadas de Economía de la Salud, celebradas en El Escorial, que la inequidad entre las autonomías se haya acentuado en algunos casos.
Como muestra, Roberto Montero, del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada, ha elaborado un estudio en el que se comparan cinco indicadores en las 17 autonomías: número de visitas al médico de atención primaria, consumo de medicamentos, volumen de análisis clínicos, tasa de hospitalización y casos de cirugía.
Encontramos diferencias importantes; como mínimo, la diferencia entre el índice mayor y el menor es del doble y, en ocasiones, del triple o el cuádruple.
Por ejemplo, un habitante de Baleares tiene un 8,1 por ciento de probabilidades de visitar a su médico de primaria durante un año, frente al 2,4 por ciento de La Rioja. En el caso del consumo de fármacos, la cifra más alta se encuentra en Aragón, con un 0,15 por ciento, seguido de La Rioja y Extremadura, mientras que en la parte más baja de la lista se sitúan Baleares, Galicia y Castilla y León, con un 0,09 por ciento.
Correlación
A la vista de estos resultados, el equipo de Montero realizó un estudio correlativo comparando los citados indicadores con el volumen de población, la ruralidad, el nivel educativo medio y la tasa de actividad sanitaria de cada región, y observaron que el consumo de fármacos es mayor conforme disminuye el índice de población y el nivel educativo, las visitas a primaria aumentan en las zonas menos pobladas, se realizan menos análisis clínicos por persona en las zonas con mayor tasa de actividad, las hospitalizaciones disminuyen con la ruralidad y aumentan a menor población, y se dan más procesos quirúrgicos en las regiones menos pobladas.
En conclusión, se ve que la oferta sanitaria está inversamente relacionada con la tasa de población, ha asegurado Montero, quien ha comentado que, curiosamente, el nivel de uso de los dispositivos sanitarios no guarda relación alguna con el índice de salud de los habitantes.
Por su parte, Pilar García Gómez, de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, ha añadido a estas diferencias las producidas por el nivel de renta. Según su estudio, las regiones en que se aprecia un índice de salud percibida mayor y más igualitario son casi las mismas en que las diferencias en la renta no influyen en el acceso al sistema sanitario: Navarra, País Vasco, La Rioja, Cantabria y Aragón. En el otro extremo están Galicia, Murcia, Cataluña, Andalucía, Madrid y Baleares.
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